La victoria de Gina Miller: el Parlamento británico tendrá la última palabra en la activación del ‘Brexit’
La sentencia de la Corte Suprema británica ordenando al gobierno a contar con luz verde del Parlamento para iniciar la salida de la Unión Europea, es la victoria de Gina Miller, una desconocida hasta hace poco.
Miller lleva meses soportando amenazas de muerte e insultos racistas por llevar a los tribunales la pretensión de su gobierno de ignorar al Parlamento en el Brexit, y el dictamen de este martes no hará que se calmen.
«Creo que la semana que viene será terrible», pronosticó unos días antes de la sentencia de la Corte Suprema.
Para muchos, Miller, directora de un fondo de inversiones de la City de 51 años, nacida en la Guyana cuando era colonia británica, madre de tres hijos, elegante y de hablar pausado, es una heroína.
Pero para muchos otros es una aguafiestas que pretende invalidar la voluntad popular de abandonar la Unión Europea expresada en el referéndum de junio.
Y para colmo, sostienen equivocadamente, ni siquiera es británica, como le reprochó recientemente un oyente en la radio LBC.
«Nací británica», respondió Miller, «porque nací en la Guyana británica. Se convirtió en independiente tras mi nacimiento, así que nací británica. Llevo 41 años en el Reino Unido. Soy británica, tengo un pasaporte británico, mis hijos son británicos, mi marido es británico, tengo todo el derecho del mundo a presentar una demanda como ciudadana británica».
«No esperaba tener que cambiar mi vida privada»
Cuando presentó la demanda, unos días después del plebiscito del 23 de junio, Miller esperaba críticas, pero no lo que vino luego. «No esperaba tener que cambiar mi vida privada», confió a la AFP.
Los tabloides empezaron a husmear en su pasado, ahora lleva guardaespaldas, ya no usa el transporte público y suele pasar los fines de semana encerrada con su familia en casa.
La mayoría de los insultos que ha recibido son de carácter racial. «Me han dicho que soy un primate. No sabía que vivíamos en este lugar. Creo que si yo hubiera sido un hombre (y) blanco, hubiera sido más fácil».
«Cosas que se consideraban inaceptables, ahora son aceptables», estimó, preparándose para recibir muchos más insultos esta semana.
«Mi cabeza tendría que estar en la Puerta de los Traidores», explicó, refiriéndose al arco que atravesaban los presos que ingresaban en la Torre de Londres en el siglo XVI.
«Hubo un boicot a nuestra empresa. Fue bastante nauseabundo. Pero no me dejaré intimidar, porque esto es lo mejor para todo el mundo, tener seguridad legal».
Consciente de que el Brexit es imparable
No oculta su oposición al Brexit –como directora de un fondo de inversiones teme su impacto económico–, pero es consciente de que perdió. «Eso no puede cambiarse».
El tema eran los límites del poder ejecutivo, y Miller consiguió doblegar la voluntad de la primera ministra Theresa May de ignorar al Parlamento al invocar el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa, inicio formal del proceso de salida.
Miller creció en un hogar políticamente activo –su padre, Doodnaught Singh, era fiscal general de Guyana– y ya protagonizó una campaña para que las inversiones financieras fueran más transparentes.
Siente que es su deber hablar cuando otros callan.
«Todo lo relacionado con el Brexit es tan emocional, que todos temen hablar, y eso no es bueno», explicó.
Los mensajes de apoyo que ha recibido refuerzan su determinación.
«Un niño de 10 años hizo un dibujo de mí con un emblema de superhéroe que decía:’¡Adelante, Gina!’. Lo guardo en mi mesa».
«Eso me da fuerzas. Porque no soy invencible», sentenció.
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