Internacional

La UE no enviará a ningún representante a la toma de posesión del tirano Maduro

No se romperán relaciones con el régimen

La Unión Europea no enviará representación a la toma de posesión del presidente venezolano, Nicolás Maduro, el próximo 10 de enero si la ceremonia de investidura se celebra en la Asamblea Constituyente, que el bloque europeo no ha reconocido, mientras que si se celebra en otro lugar la representación «será por debajo de embajador», según han explicado fuentes europeas.

«Está muy claro que si la investidura de Maduro se hace en la Asamblea Constituyente, los estados miembro de la Unión Europea no estarán representados y si tiene lugar fuera de la Asamblea será por debajo de (el rango de) embajador», han explicado fuentes diplomáticas.

Los Veintiocho han alcanzado ya un acuerdo a nivel de expertos sobre cómo proceder respecto a la investidura de Maduro, aunque el bloque descarta la opción de no reconocer al Gobierno de Caracas o cortar los canales diplomáticos, como sí están planteándose algunos países de la región como Perú.

«Vamos a seguir necesitando trabajar con las autoridades venezolanas después del 10 de enero, como hemos hecho hasta ahora. Hemos dejado claro que no nos gustan muchas de las cosas que están haciendo estas autoridades», avanzó el viernes una fuente de alto nivel de la UE.

A diferencia de algunos Gobiernos que utilizan el reconocimiento o no de un Estado o Gobierno «como instrumento de demostrar su desaprobación», la UE tiene una posición «muy pragmática» que pasa por «reconocer lo que hay», precisó dicha fuente.

La Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, ha confirmado que los Veintiocho han «acordado una línea común» de actuación de cara a la toma de posesión de Maduro el 10 de enero «equilibrada» que enviará «una señal muy clara a las autoridades del país».

«En Europa normalmente nos relacionamos con países y no con Gobiernos o autoridades», ha remachado la jefa de la diplomacia europea, que ha incidido en la necesidad de que los «muchos» europeos que viven en Venezuela puedan «seguir beneficiándose del apoyo consular» sobre el terreno.

Mogherini ha dejado claro además que la Unión «no cambiará» su posición «ya establecida sobre Venezuela». «En particular la firme petición y expectativa que tenemos en términos de democracia y respeto de la Constitución del país, los Derechos Humanos, especialmente los derechos de la oposición política», ha remachado.

Las sanciones se mantienen

Los Veintiocho han acordado este lunes que mantendrán las sanciones a 18 altos cargos del régimen venezolano y que no aflojarán la «presión política». «La presión continúa. Esto no está en discusión», ha zanjado la jefa de la diplomacia europea, insistiendo en que las sanciones van dirigidas contra «algunos responsables de la violencia» y no contra la población.

Mogherini también ha confirmado que los Veintiocho han convenido seguir trabajando en la creación de un grupo de contacto sobre Venezuela de cara a crearlo «lo antes posible».

«Los contactos están en marcha en la región y más allá», ha explicado la jefa de la diplomacia europea, que ha insistido en el «buen nivel de interés de algunos países clave que pueden estar interesados en unirse».
Eso sí, dicho grupo no se constituiría para hacer «mediación» dado que «no vemos las condiciones políticas para una mediación» sino para «ayudar a crear las condiciones para empezar un proceso político», hoy ausente.

«Los europeos creemos que en ausencia de ningún camino político podía ser peligroso», ha justificado la dirigente italiana. La idea es crear un grupo «pequeño» de países de la región y de la Unión Europea con el objetivo de «crear las condiciones» para relanzar un diálogo entre el Gobierno y la oposición.

«Si se hace algo, seguro que se contará con la participación española», ha asegurado el ministro de Exteriores, Josep Borrell, esgrimiendo que España «ha impulsado» la idea y tiene «muchos intereses en Venezuela».

Borrell ha informado a sus homólogos de la UE de sus «contactos con países latinoamericanos para saber cuáles de ellos estarían dispuestos a participar», explicando que «varios» han dado «su acuerdo» y en el bando europeo habrá «donde escoger» tras admitir que «muchos» países han ofrecido participar después de «muchas reticencias» al principio sobre su creación. «Mogherini da por hecho que se constituirá este grupo», ha asegurado Borrell.

El jefe de la diplomacia española ha admitido que a partir del 10 de enero «cambia la legitimidad del presidente Maduro» en Venezuela tras las elecciones presidenciales que para la Unión «no cumplían los estándares» para ser «justas y libres», aunque ha dejado claro que la suspensión de relaciones con Venezuela «no es algo que se haya planteado en la Unión Europea» como se plantean «algunos» países del grupo de Lima y ha confirmado que el nivel de representación «dependerá de cómo organice la toma de posesión del presidente».

Borrell ha admitido que las sanciones de la UE «no han hecho cambiar al régimen» pero ha dejado claro que «no quiere decir que las vayamos a levantar» y ha insistido en que la posición del Gobierno española ha sido «decir no hay que bajar la presión» y «mantener las sanciones» pero «al mismo tiempo» buscar «maneras» para «instrumentar lo que todo el mundo pide», que no es otra cosa que una solución «resultado de una negociación entre venezolanos.