¿Terrorismo yihadista o terrorismo xenófobo contra los extranjeros en Múnich?
Durante la tarde de este viernes, varios han sido los medios que han publicado el vídeo que acompaña esta información, en el que supuestamente se ve a uno de los terroristas del atentado de Múnich en los aparcamientos del centro comercial Olympia de Múnich gritando: «¡Soy alemán! ¡Nací aquí! ¡Extranjeros de mierda!».
Hasta entrada la madrugada, la autoridades alemanas procedieron a un silencio informativo pasadas dos horas del atentado, que se inició a las 17.50 horas de la tarde en un McDonald’s aledaño al centro comercial. Lo que al principio eran informaciones constantes se convirtió en un simple goteo de actualización del número de muertos, a través de la cuenta de Twitter de la Policía muniquesa.
Todo a partir de que se empezó a propagar el vídeo y la posibilidad de que éste fuera un ataque de otro tipo al que estamos acostumbrados en Europa en los últimos meses. Diferentes medios informaban de que éste sería un ataque de tipo neonazi o xenófobo contra la política de acogida de refugiados del Gobierno de Angela Merkel. Una teoría que siguió abierta al confirmarse que el atacante suicidado era un alemán, aunque de origen iraní y que «sus motivaciones» aún no estaban «esclarecidas».
El ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, indicó que había «pistas contradictorias» sobre los motivos que estaban detrás del tiroteo que se produjo este viernes en un centro comercial de Munich y que se saldó con una cifra de 10 muertes, incluida la del atacante. «Los motivos de este abominable acto aún no han sido esclarecidos completamente, tenemos pistas contradictorias», dijo el jefe de la diplomacia alemana en un correo electrónico enviado a Reuters.
«No excluimos ninguna hipótesis»
Curiosamente, los portavoces oficiales se mantuvieron toda la tarde-noche muy insistentes en que desconocían «la identidad y las motivaciones de los atacantes». La explicación, que no tenían claro si el número de terroristas, de uno a tres, y que los creían huidos.
La policía muniquesa confirmó la aparición del cadáver de lo que parecía uno de los terroristas, que se había suicidado en las inmediaciones del centro comercial: «Hay también un suicida. Comprobamos su participación [en el ataque]», dijo la Policía en uno de sus mensajes en francés.
Il y a aussi un suicidant. On éprouve la complicité. #München, #oez, #schießerei
— Polizei München (@PolizeiMuenchen) July 22, 2016
Peter Altmaier, el jefe de gabinete de la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió de que todavía no se podía descartar «ninguna hipótesis» sobre el tiroteo. «No excluimos ninguna hipótesis», afirmó Altmaier en una intervención en la televisión pública alemana ARD para resumir la actual investigación sobre el ataque.
Este sábado se celebrará un gabinete de seguridad, añadió, y aseguró que la canciller Angela Merkel estaría informada de forma permanente de los acontecimientos en la ciudad bávara. «Esto es un ataque inhumano, nuestros pensamientos están con las víctimas», ha añadido.
Por su parte, la Policía informó que la ciudad estaba bajo «una grave amenaza terrorista», si bien subrayando con insistencia que no hay evidencias de que se tratara de un ataque yihadista.
Los antecedentes yihadistas
En menos de año y medio, Francia ha sido escenario de tres grandes ataques yihadistas. El primero, el 7 de enero de 2015, cuando varios encapuchados armados con fusiles de asalto entraron en la redacción del a revista satírica Charle Hebdo y acabaron con la vida de 12 de sus trabajadores. Al día siguiente, otro yihadista que actuaba en coordinación con los asaltantes de este medio de comunicación, atacaba un supermercado de comida judía en las afueras de la capital francesa, asesinando a cuatro personas, antes de ser abatido por los gendarmes franceses.
Unos meses después, el 13 de noviembre, París volvió a sufrir el zarpazo del terrorismo inspirado en el ISIS, el autodenominado Estado Islámico, con una oleada de tiroteos y explosiones junto al Estadio de Franca, y en las zonas de ocio cercanas al Canal Saint-Martin, donde se jugaba un partido entre las selecciones de Francia y Alemania, acabando con las vidas de 137 personas.
La semana pasada, era la turística Niza la que se veía sacudida por el terrorismo, cuando un tunecino de 31 años atropellaba con un camión a los miles de personas que se habían congregado en el paseo de los Ingleses para celebrar el día de la Bastilla, fiesta nacional francesa. Murieron 84 personas, entre ellas al menos 10 niños.
El 22 de marzo de este año, otra oleada de atentados pusieron en alerta a Europa entera, cuando Bruselas, la capital belga y de las Comunidades Europeas, fue atacada en varias estaciones de Metro por yihadistas radicales que asesinaron a 35 personas.
Y esta misma semana, fue Alemania la que se vio atacada por el yihadismo. Un joven afgano solicitante de asilo atacó con un hacha y un cuchillo a los pasajeros de un tren regional en Baviera, el mismo estado que este viernes ha sido escenario, en su capital, de este ataque. No logró matar a nadie, hirió a cuatro personas, y acabó siendo abatido por los agentes de operaciones especiales que lo dispararon cuando trataba de huir.
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