Francia acusa a Al Assad de fabricar y almacenar armas químicas «clandestinamente»
Un informe de la Inteligencia francesa acusa al régimen de Bashar Al Assad de mantener un programa «clandestino» de armamento químico y de no destruir todo su arsenal como se comprometió a hacer en el año 2013 con la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)
El documento, que ha sido desclasificado coincidiendo con el lanzamiento de bombardeos en Siria por parte de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, viene a justificar dicha intervención, al señalar directamente al régimen de Al Assad como responsable de varios ataques teóricamente prohibidos por los protocolos internacionales.
La Inteligencia gala recoge en dicho informe, publicado por el Ministerio de Defensa francés, que desde que se produjo el ataque con gas sarín en Jan Sheijún el 4 de abril de 2017, se han registrado otras 44 denuncias de incidentes en los que se habrían utilizado sustancias tóxicas. En al menos once de ellos se habría confirmado este extremo y, en su mayoría, corresponden a ataques con gas cloro.
«Hay pruebas suficientes»
El uso de este tipo de gas también es la principal hipótesis que se baraja para explicar lo ocurrido en Duma, a las afueras de Damasco, el 7 de abril. Francia ha concluido, «sin ninguna duda», que en esta zona tuvo lugar un ataque químico y que «no hay otro escenario posible» que no señale como responsable al régimen de Bashar al Assad.
Así, considera que hay «pruebas suficientes» para señalar al Gobierno sirio. Los investigadores han analizado testimonios, fotografías y vídeos para llegar a esta conclusión, al tiempo que han contado con la información facilitada por ONG que trabajan en la zona y que son fuentes «habitualmente fiables» para la Inteligencia francesa.
A tenor de los datos recabados, y habida cuenta de que no hay indicios de que los grupos rebeldes se hayan hecho también con armas químicas, Francia acusa a Siria de mentir y de «no declarar la integridad de su arsenal» cuando se comprometió a ello en el año 2013. Entonces, Al Assad accedió a renunciar a este armamento en un plan impulsado por Rusia y en el que se implicó la OPAQ.
Francia habla en su informe de un programa «clandestino» de armas químicas que ha seguido activo en Siria durante estos últimos años y en el que habría sido clave el Centro Sirio de Estudios y de Investigaciones Científicas, donde se habrían seguido desarrollando actividades no declaradas.
El documento alude a la posible existencia de gas mostaza y de un precursor del sarín, entre otras sustancias prohibidas, así como de municiones de pequeño calibre que no han sido declaradas susceptibles de ser utilizadas también con fines militares.
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