Historia
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El régimen del terror llega de la mano del Decreto ‘Noche y niebla’ de Wagner a Hitler

Tal día como hoy de 1941 Hitler proclamó su famoso decreto de ‘Noche y Niebla’ que organizaba el primer sistema de deportaciones forzosas en los territorios ocupados.

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Tal día como hoy de 1941 Hitler proclamó su famoso decreto de ‘Noche y Niebla’. Con este documento se aseguraba poder eliminar físicamente de los territorios ocupados a cualquier adversario políticos, miembros de la resistencia y tal como pone en el propio decreto «personas que ponen en peligro la seguridad de Alemania». Las desapariciones forzosas serían desde entonces una realidad. Miles de personas serían eliminadas físicamente con total impunidad y la legalidad de un decreto que no tuvo oposición alguna. Adolf Hitler era un amante de la obra de Wagner, un hombre de una gran sensibilidad artísticas que plasmó durante los años en los que quiso convertir Alemania en un imperio.

El 7 de diciembre de 1941 Adolf Hitler impone el Decreto ‘Noche y niebla’

Con la idea de extender su poder a los territorios ocupados con total impunidad, Adolf Hitler redacta el Decreto ‘Noche y niebla’. Los primeros en sufrir las consecuencias de este decreto son los franceses que se opusieron a la ocupación alemana. Se calcula de unos 7.000 fueron con este decreto eliminados físicamente, deportados a los campos de concentración de Gross-Rosen y Natzweiler-Struthof.

Los campos de concentración pasarían a ser un lugar en el que cualquier que estuviera en contra de las ideas que Adolf Hitler acabaría sus días. Tenía el marco legal para hacerlo, un decreto ‘Noche y Niebla’ o Nacht und Nebel que formaba parte de las “Directivas para la persecución de las infracciones cometidas contra el Reich o las fuerzas de ocupación en los territorios ocupados” que aplicaron los Nazis a partir de este día.

La organización de un sistema de deportaciones forzadas

Durante el juicio de Nuremberg este decreto tuvo especial relevancia. Para los nazis fue la forma de organizar un sistema de deportaciones forzadas que hasta ese momento no había tenido precedentes. Los oficiales no tenían que dar ninguna explicación, aplicaban la pena, sin dejar testimonio o pruebas sobre las circunstancias y término de esta. Por ese motivo se empleaba el eufemismo de la noche.

Este sistema se empleó con todos los territorios ocupados, inicialmente con los franceses, pero se fue extendiendo a Bélgica y Países Bajos, y de forma mucho más contundente y masiva con los militares procedentes de la Unión Soviética. La niebla de esas noches en los que emprendían el camino hacia los campos de concentración en los que pondrían fin a su vida, era el otro elemento que con este decreto se ponía sobre la mesa de una forma casi poética.

El oro del Rin de Richard Wagner es la fuente de inspiración de este decreto

Adolf Hitler era un gran amante de la opera y especialmente de Richard Wagner. ‘Das Judenthum in der Musik’ (El judaísmo en la música) era el ensayo que publicó este famoso compositor alemán que acabó cautivando a Hitler por completo. No solo no se desmarcó de sus palabras, sino que en 1869 escribiría una segunda parte incluso más dura. Las acusaciones de antisemita de Wagner siguen siendo una fuente de debate.

El Führer se inspiró en sus óperas y canciones para dar forma al Tercer Reich, se sumó a las teorías que Wagner había expuesto en su libro, en el que se hablaba de Mendelssohn, de origen judío y tachado de «débil» por Wagner. Los nietos de Wagner, Wolfgang y Wieland, llamaban afectuosamente a Adolf Hitler ‘Tío Wolf’.

Poco podría imaginar este genio de la música y ensayista que expuso sus ideas 100 años antes de unos episodios históricos que cambiarían el mundo, cómo sus operas se convertirán en una fuente de inspiración tan cruel. La Noche y la Niebla, un canto que aparece en la obra ‘El oro del Rin’ acabará siendo una macabra banda sonora que inspiraría a Hitler para instaurar un régimen de terror jamás visto.

El ‘Maestro’ dicen que es la forma en la que se refería a Wagner. En 1923 un joven Adolf Hitler rendiría homenaje al hombre que le había aportado un gran bagaje cultural, una fuente de inspiración a alguna de sus ideas más crueles. Wagner sembró una semilla que acabaría germinando en una sociedad alemana que cambiaba por momentos. Todo texto se sirve de un contexto histórico que lo nutre, en la época del compositor alemán los hechos fueron muy distintos. Una idea que fluye a través de la historia y es interpretada años después puede acabar provocando un régimen del terror sin precedentes.

La idealización de Hitler hacia Wagner era tan grande que se llegó a especular que estuvo a punto de contraer matrimonio con una de sus nietas. Hitler y Winifred parecían la pareja de la época dada las continuas visitas de Adolf a la residencia de la familia. Quizás no fuera amor, sino una manera de sentir la inspiración de su maestro, la música, la historia y la filosofía que le habían aportado los pocos momentos de felicidad de los que disfrutó.