La historia de los judíos en España: análisis de las últimas investigaciones

• Francisco María
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• • 23/11/2024 11:30
  • Actualizado: 23/11/2024 11:30

La historia de los judíos en España se remonta a épocas muy antiguas, que datan probablemente desde el siglo I a. C., aunque la evidencia arqueológica apunta a los siglos IV y V. Tras el acoso visigodo, los judíos en la Edad Media vivieron largas temporadas de estabilidad, pero después de la toma de Granada, fueron expulsados de la península en 1492.

Edad Antigua: los judíos en la Hispania romana

Las primeras comunidades judías que se asentaron en el territorio, lo hicieron durante la época de la España romana. De hecho, según los cánones del concilio de Elvira, las comunidades judías en Hispania, eran muy prósperas y practicaban un activo proselitismo. Los judíos de aquella época eran vistos como un grupo religioso cuyas comunidades eran gobernadas por un consejo propio, por lo que gozaban del estatuto de religión autorizada.

Edad Media: Época visigoda, judíos en al-Ándalus y en los reinos cristianos

Los primeros visigodos que se instalaron en la península no tenían una verdadera intención de perseguir a los judíos. De hecho, muchas de las leyes que se les imponían a estas comunidades eran las mismas que aplicaron los romanos.

Sin embargo, tras la conversión del rey Recaredo al catolicismo, los visigodos adoptaron una actitud beligerante contra las comunidades judía. Las leyes antijudías se endurecieron durante el reinado de Sisebuto, lo que provocó la huida de muchos judíos hacia el norte de África.

La llegada de los musulmanes en la Península Ibérica significó el fin de la persecución para los judíos, pues fueron recibidos con los brazos abiertos. Los musulmanes consideraban que los cristianos y judíos eran merecedores de un trato especial, por lo que les garantizaban la vida, la propiedad de sus bienes y la libertad de culto. No obstante, estaban sujetos a impuestos extraordinarios y no tenían acceso a cargos públicos.

En la época de los reinos cristianos, y principalmente durante el reinado rey Fernando III, los judíos desempeñaron un papel muy importante. No sólo eran los encargados de transmitir los conocimientos árabes, los cuales fueron recopilados en diferentes obras, también solían prestar sus servicios como médico en las cortes, pese a los decretos que lo impedían. Los judíos eran, además, los encargados de recaudar tributos y el tesoro estatal, de ahí su importancia dentro de la economía estatal.

Edad Moderna: Antijudaísmo e Inquisición

En el siglo XV, la persecución contra los judíos comienza a endurecerse pese a su relevancia dentro de la corte. Entre los años 1449 y 1474, el antijudaísmo se dirige hacia los judeoconversos, quienes fueron víctimas de numerosas revueltas populares en su contra. Para justificar dichos ataques, se les acusaba de “falsos cristianos” y de seguir practicando a escondidas la religión judía. Años después se creó el tribunal de la Inquisición con el fin de “solucionar” el «problema converso».

Pese a que para 1492 vivían cerca de 200.000 judíos en España, los Reyes Católicos les obligaron a convertirse al catolicismo o salir de los reinos de Castilla y Aragón tras la toma de Granada. La mayoría de los judíos cultos y adinerados, incluyendo a los rabinos, accedieron a bautizarse, pero cerca de 45.000 y 50.000 judíos decidieron no convertirse y marcharse a lugares como Fez, Marruecos.

Los judíos sefardíes

La mayoría de los judíos españoles expulsados se instalaron en el norte de África, y en ocasiones en países cercanos como el reino de Portugal, el reino de Navarra o en los Estados italianos. Muchos tuvieron que emigrar de nuevo a lugares como Bayona, Inglaterra o Flandes. Los primeros judíos sefarditas que se asentaron en Melilla datan del año 1498. Otras comunidades se instalaron en los territorios del Imperio otomano, como en los Balcanes.

Los judíos sefardíes o sefarditas son los descendientes de estas comunidades de judíos expulsados. El término bíblico sefardí proviene etimológicamente de Sefarad, con el que las fuentes hebreas se refieren a la Península ibérica. Los descendientes sefarditas, a pesar de no vivir en territorio ibérico, han permanecido ligados a la cultura hispánica durante siglos, conservado el uso de la lengua española de la época, más conocida como el castellano bajomedieval.

Tras un largo periodo de una España sin judíos, en el siglo XIX se comenzaron a abrir las puertas nuevamente a estas comunidades judías, las cuales años más tarde volvieron a establecerse en el país.

El Legado Judío en la Cultura Española

A pesar de la expulsión, el legado judío en España perdura. Investigaciones contemporáneas han identificado influencias judías en diversas áreas, como la literatura, la música y la arquitectura. Autores como Samuel ha-Nagid y la influencia de la filosofía judía en el pensamiento renacentista español son algunos ejemplos de cómo la cultura judía ha permeado la historia española. Además, el estudio de la toponimia y los apellidos ha revelado la herencia judía en muchas comunidades españolas.

La interacción de los judíos con otras comunidades, su resistencia ante la adversidad y su legado cultural son solo algunos de los aspectos que se han explorado en las últimas décadas. Al revisar estos hallazgos, es fundamental reconocer la importancia de preservar la memoria histórica y fomentar un diálogo abierto sobre la diversidad cultural en España.

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