Historia de España

El Cid Campeador: Biografía y leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar

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La leyenda de El Cid Campeador

Pocos personajes españoles del medievo están envueltos en tanta leyenda como la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid Campeador. A pesar de la relevancia histórica y de el conocimiento de algunas de sus gestas más destacadas, la figura de Díaz de Vivar ha sido siempre misteriosa. Tanto es así que ni siquiera se tiene datos sobre su aspecto físico real, salvo algunas referencias que hablan de un hombre con «larga barba recogida por un moño».

El Cid Campeador ha ayudado al imaginario colectivo de «lo español» y se ha erigido como una de las figuras históricas que más ha contribuido para mantener el espíritu luchador de nuestro país a lo largo de la historia.

Entre la leyenda y la historia

Como decimos, la figura de El Cid Campeador siempre ha sido algo difusa. No se tiene constancia del año exacto de su nacimiento. Muchos historiadores sostienen que tuvo que ser entre 1038 y 1052, cerca de Burgos, en Vivar, lugar dominado por su padre, Diego Laínez.

Su padre, caballero de Fernando I, dejó en herencia las tierras de Vivar y Ubierna a su hijo, que se convirtió rápidamente en uno de los caballeros más válidos del rey Sancho II de Castilla, y posteriormente de su hermano Alfonso. 

La valentia y desparpajo de Vivar en el campo de batalla le valió para ser uno de los más destacados caballeros de su época, y supo recaudar impuestos de los reinos islámicos para el rey. Además, en muchas ocasiones, se sabe, que llegó a actuar como juez en algunos pleitos, ya que sabía leer y escribir, algo que solo estaba al alcance de la nobleza y el clero de su época.

Se casó con Jimena Díaz, alrededor del 1078, y con esto consiguió más tierras al sur de Soria. Con una buena posición, y habiendo demostrado que era un caballero leal al rey, Alfonso VI, el hermano de Sancho, lo convirtió en el encargado de velar por la seguridad en las tierras fronterizas con Toledo, donde mandaba el sultán Al-Qadir.

Alfonso Vi y Al-Qadir tenían firmado una especie de pacto de no agresión en estas tierras, pero Rodrigo se saltó el mando al perseguir a unos bandidos. Esto supuso un gran cambio en su vida. Alfonso VI lo expulsó de su reino, y tuvo que ganarse la vida como soldado de fortuna.

Rodrigo pasó a formar parte del ejercito musulmán de la taifa de Zaragoza y sorprendió a varios nobles y reyes españoles en varias batallas. Derrotó a Sancho de Aragón y al conde de Barcelona, Ramón II, en varias batallas alrededor de los años 1081 y 1086.

El Cid Campeador

Los años siguientes al 1087, Rodrigo Díaz de Vivar forjó su leyenda como hombre de honor y de la guerra. Tras derrotar a Sancho de Aragón y Ramón II de Barcelona, Alfonso VI le concedió el perdón y lo recuperó para su ejército. Pero Rodrigo ya no era el mismo.

Durante la campaña de Aledo contra los almorávides africanos, Rodrigo, después de un desencuentro con el rey, no se presentó a la campaña. Esto supuso que Alfonso VI de nuevo lo condenara al exilio, pero esta vez para siempre y desposeyéndolo de todas sus propiedades.

Díaz de Vivar tuvo que marchar junto a su familia a tierras levantinas donde comenzó a forjar su destino a base de pequeñas victorias contra los reinos musulmanes de Zaragoza y Valencia. En el 1094, Rodrigo Díaz de Vivar tuvo la capacidad de reunir a un pequeño ejército en su nombre, y consiguió un gran número de tierras. Los musulmanes pronto lo apodaron «El Cid» – «sidi» el señor en árabe-.

La leyenda comenzó a formar parte de su vida y sus gestas en el campo de batalla le sirvieron para ganarse el respeto, tanto de cristianos como de musulmanes.

En el verano de 1099, El Cid Campeador murió en Valencia, antes había ayudado al rey Pedro I de Aragón a derrotar a los almorávides de Valencia, lo que le valió para seguir alimentando su leyenda.

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Su mujer Jimena se llevó su cuerpo hasta Burgos y se dice que están enterrados juntos en la catedral de la ciudad, aunque los huesos que allí yacen, según muchos historiadores, podrían no ser de la figura de El Cid Campeador.

La leyenda lo ha presentado de diferentes maneras, al contener poca documentación fiable de sus gestas. Tan solo se guardan algunos cantares que hablan de su figura y algunos textos en donde se menciona la figura de El Cid. A veces se le ha presentado como un guerrero que solo buscaba fortuna, y empleaba su espada violentamente contra sus enemigos; en otras, la figura de El Cid Campeador se presentaba como un caballero leal y de honor.

Lo cierto es que Rodrigo Díaz de Vivar forjó su propio destino, y ni fue la mayor pesadilla de musulmanes, con los que en muchos casos mantenía una gran relación como con el rey Al-Mutamin de Zaragoza; ni tampoco fue el honorable caballero que las crónicas posteriores han querido engrandecer bajo su leyenda.

Serie para Amazon Video

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La figura de El Cid ha sido recurrente para muchos creadores y literatos a lo largo de los años. La última producción que verá la luz este próximo 18 de diciembre en Amazon Prime Video, será una serie protagonizada por Jaime Lorente que contará las hazañas, suponemos, más centrado en la leyenda del personaje que en su historia real, de la figura de Rodrigo Díaz de Vivar.

 

 

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