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Anécdotas fascinantes de la vida de Catalina la Grande

Entre las mujeres más importantes que fueron líderes en la historia, se encuentra Catalina la Grande. Vemos aquí algunas anécdotas.

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  • Francisco María
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La vida de la icónica emperatriz rusa Catalina «la Grande» es, sin dudas, una las más trepidantes e interesantes de la realeza. A lo largo de su gobierno, Rusia se convirtió en la potencia hegemónica de Europa oriental, por lo que adquirió un gran poder, pero también grandes enemigos, muchos de los cuales reclamaban su ascenso al trono.

El hecho de que una mujer de origen extranjero tuviese bajo su control a toda Rusia, trajo consigo muchos mitos y leyendas en torno a su vida. Estas son las anécdotas más fascinantes de la vida de Catalina la Grande, una de las zarinas más recordadas de la historia.

Datos curiosos y anécdotas de la vida de Catalina la Grande

Origen y nombre real

La princesa Sofía Federica de Anhalt-Zerbst, nació en Alemania el 2 de mayo de 1729. Era hija del príncipe de Anhalt-Zerbst, Cristián Augusto, quien ejercía de gobernador de la ciudad de Stettin en nombre del rey de Prusia.

Matrimonio concertado

A los 15 años, la princesa Sofía llegó a Rusia para casarse con el heredero al trono, Pedro I ‘el Grande’ y conocido posteriormente como el zar Pedro III. El matrimonio había sido concertado por la emperatriz Isabel de Rusia y la madre de Sofía, Juana Isabel de Holstein-Gottorp, quien hizo todo lo posible para que su hija fuese postulada como la candidata ideal

Una vez concretado el enlace, fue rebautizada como Catalina.

Una relación fallida

El matrimonio entre Catalina y Pedro no funcionó desde el principio. De hecho, se sabe que durante la celebración de la boda Pedro no se acercó ni una vez al lecho de su mujer.

Después de casarse, las diferencias entre los esposos eran irreconciliables, por lo que Catalina comenzó a pasar mucho tiempo sola. En este periodo la princesa se dedicó a estudiar ruso, así como a leer una gran cantidad de libros que le sirvieron para establecer sus valores y objetivos.

De princesa a emperatriz

En aquel entonces, la corte rusa estaba liderada por la poderosa emperatriz Isabel, tía del zarévich Pedro. Catalina tuvo siempre presente la deuda que tenía con ella por haberla elegido como candidata para su sobrino, por lo que intentó agradarle de todas las maneras posibles.

Cuando la emperatriz Isabel murió en 1762, Pedro III subió al trono, pero no estaba capacitado para dirigir un imperio, por lo que Catalina asumió el poder con el apoyo de una buena parte de la corte. Fue entonces cuando pasó a convertirse en la emperatriz de Rusia.

Los amantes de la zarina

Uno de los mitos más escandalosos en los que se vio envuelta Catalina giraba en torno a su vida sexual. Muchos de sus detractores la acusaron de tener muchos amantes y de ser una ninfómana para desprestigiarla. Sin embargo, no era del todo cierto.

Catalina era muy libre sexualmente y durante su reinado mantuvo relaciones con varios amantes entre los que figuraban nobles, ricos y almirantes. Sin embargo, en aquella época tener amantes era bastante común. Además, su esposo, quien era borracho y violento, también tuvo relaciones extramatrimoniales.

Los hijos de Catalina

Producto del matrimonio con Pedro III Catalina tuvo dos hijos, el futuro zar Pablo I y Ana Petrovna, que murió cuando apenas era una niña. No obstante, siempre se ha especulado que Pablo y Ana no eran hijos biológicos de Pedro III, sobre todo, porque la misma Catalina II de Rusia dejó constancia de ello en sus memorias.

Los historiadores piensan que Serguéi Saltykov, un oficial militar ruso, es el verdadero padre de Pablo I. Sin embargo, también se cree que pudo haber sido de Grigori Orlov, quien por entonces sería el amor extramarital de Catalina.

Los rumores sobre su muerte

Una de las leyendas más descabelladas sobre Catalina la Grande fueron las circunstancias en las que murió. Según los rumores, la emperatriz murió al intentar que un caballo la penetrase. Se dice que, cuando el arnés que sostenía al caballo sobre ella se rompió, fue aplastada y falleció en el acto. Todos estos comentarios surgieron durante la época soviética, con el único propósito de manchar su figura y su legado.

La realidad es que Catalina sufrió un derrame cerebral cuando iba a tomar un baño, el 17 de noviembre de 1796.

Legado de Catalina la Grande

A pesar de las controversias y desafíos que enfrentó, Catalina la Grande dejó un legado imborrable en la historia de Rusia. Su ambición, inteligencia y dedicación a la modernización del país sentaron las bases para el futuro del imperio. Las anécdotas de su vida reflejan no solo sus logros, sino también su humanidad: una mujer que, en un mundo dominado por hombres, supo hacerse un lugar y dejar su huella.

La pasión por la cultura

La reina también es recordada por su amor por la cultura y las artes. Como gran mecenas, se dedicó a atraer a artistas, filósofos y escritores a su corte. Una anécdota interesante es cómo mantuvo correspondencia con figuras destacadas de la Ilustración, como Voltaire y Diderot. Catalina no solo admiraba su trabajo, sino que también buscaba su consejo sobre cómo gobernar. En una de estas cartas, Voltaire le escribió: “La historia hace de ti una reina, y la filosofía hace de ti una mujer”. Este intercambio intelectual resalta la curiosidad de Catalina y su deseo de aprender y crecer como líder.

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Biografía de Catalina la Grande

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