Reforma constitucional

Sánchez se adelantó 6 años a Urkullu: prometió en 2017 convertir España en un Estado plurinacional

Sánchez defendió en las primarias del PSOE una reforma constitucional para implantar el Estado plurinacional

El Gobierno ve «legítima» la propuesta de Urkullu para avanzar hacia la España plurinacional

Sánchez Urkullu
Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez.
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

La propuesta del lehendakari Iñigo Urkullu de celebrar una convención constitucional para reinterpretar la Carta Magna en la dirección que permita el reconocimiento del País Vasco, Cataluña y Galicia como naciones es una iniciativa menos ambiciosa de la que en su día prometió Pedro Sánchez. En febrero de 2017, cuando lanzó su carrera a las primarias del PSOE que terminarían devolviéndole a la secretaría general del partido, el hoy presidente del Gobierno presentó un programa político en el que se comprometió a reformar el artículo 2 de la Constitución para convertir a España en una nación de naciones.

Por una nueva socialdemocracia. Así se titulaba el documento de 37 páginas en el que Sánchez presentó el programa político con el que sedujo a la militancia del PSOE para devolverle al liderazgo del partido, del que había sido apeado por los barones en un inolvidable comité federal celebrado el 1 de octubre del año antes.

En el capítulo dedicado a la denominada «crisis territorial», Sánchez desbordó la propuesta clásica del PSOE (la reforma federal de la Constitución) para avanzar hacia «el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución», en el que la soberanía seguiría residiendo en el conjunto del pueblo español.

De esta forma, donde Urkullu se descuelga ahora reclamando una convención constitucional para reinterpretar la Carta Maga, Sánchez se comprometió hace más de seis años a una reforma del artículo 2 de la Constitución que consagra «la indisoluble unidad de la Nación española», un artículo hasta entonces intocable para el PSOE.

La reforma de este artículo, como todos los del Título Preliminar donde se define el Estado, los del capítulo segundo que consagran los derechos fundamentales, y los del Título II que regulan la Corona, sólo puede hacerse mediante un mecanismo reforzado que obliga a un respaldo de dos tercios del Congreso y el Senado, convocatoria de elecciones generales, ratificación por las Cortes Generales que salgan de las urnas y celebración de un referéndum.

Semanas antes de presentar su proyecto de una España plurinacional, en una entrevista en televisión, Sánchez ya había reconocido a Cataluña como «una nación» a la que había que ayudar a sentirse «integrada dentro de España».

Después llegaría el famoso zasca que le propinó Patxi López en el debate que, junto a Susana Díaz, ambos celebraron con motivo de las primarias por el liderazgo del PSOE:

Patxi López: Vamos a ver, Pedro, ¿sabes lo que es una nación?

Pedro Sánchez: Por supuesto, sí.

Patxi López: ¿Sí? ¿Qué es?

Pedro Sánchez: Pues un sentimiento que tiene muchísima ciudadanía, por ejemplo en Cataluña o por ejemplo en el País Vasco por razones culturales, históricas o lingüísticas.

Patxi López: Mira, la nación es un término absolutamente moderno. No tiene ni 200 años.

Su idea de España

Sánchez ganó las primarias, recuperó la secretaría general del PSOE, se convirtió en presidente del Gobierno y su compromiso nunca se trasladó al programa del partido o se convirtió en iniciativa de su Gobierno. Al menos sirve para recordar la idea de España que Sánchez tiene en la cabeza. No deja de ser la misma que ha concretado Urkullu aprovechando la oportunidad que le brinda el contexto político. Sólo les diferencian los caminos (reforma o convención constitucional) para llegar a esa España plurinacional que Sánchez y Urkullu comparten.

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