"Memoria democrática"

Moncloa compara el Valle de los Caídos con Auschwitz en su web promocional para turistas

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de la Presidencia promociona el Valle de los Caídos -rebautizado como Valle de Cuelgamuros tras la autodenominada Ley de Memoria Democrática- comparándolo con el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, donde fueron ejecutadas 1,1 millones de personas.

«Durante varias décadas, el Valle fue un referente clave primero para los partidarios del dictador y, tras su muerte y el proceso de democratización, para los nostálgicos del régimen, como se expresaba en las celebraciones del 20 de noviembre, aniversario del fallecimiento de José Antonio y Franco, los dos personajes históricos que presidían la jerarquía funeraria del recinto en el altar mayor de la basílica», se puede leer en la web habilitada por Moncloa. A través de esta página se pueden adquirir las entradas para visitar el recinto.

Precisamente, una de las últimas actuaciones del Gobierno en el Valle fue la exhumación de los restos de Primo de Rivera, fundador de La Falange. Al contrario de lo que ocurrió con Francisco Franco, esta exhumación se llevó a cabo en la más estricta intimidad por petición de la familia. Además, se han iniciado los trabajos de exhumación e identificación de las 133 víctimas que han sido reclamadas por sus familiares.

Una de las tareas pendientes -incluida en la Ley de Memoria aprobada gracias a Bildu- es la «resignificación» del lugar, para lo que el Gobierno pretende convocar un concurso de ideas internacionales.

Mientras, como figura en la página web, se inspira en otras experiencias internacionales, como el museo instalado en el antiguo campo de concentración nazi, el Museo de los Crímenes Genocidas Tuol Sleng -donde se guarda la documentación sobre la desaparición de entre 1 y 3 millones de personas en Camboya, entre 1975 y 1979, víctimas de los Jemeres Rojos- o el Museo del Genocidio Armenio, construido para honrar a los 1,5 millones de armenios asesinados.

«Reducto polémico»

El Gobierno, fiel a su intención de acabar con el Valle de los Caídos tal y como se conoce, afirma que en los últimos años se ha producido «el cuestionamiento del statu quo del monumento por una parte de la sociedad española».

«El descubrimiento de la presencia en sus criptas de civiles republicanos ejecutados por las fuerzas franquistas, trasladados desde fosas comunes sin permiso ni conocimiento de sus familiares, así como de soldados de la República, junto con la continuidad de algunos acontecimientos memoriales conectados con la dictadura y la ausencia de una resignificación sistemática en el monumento, le ha convertido en el reducto más polémico de la memoria del franquismo», opina Moncloa.

«Resignificación»

Presidencia considera así que es necesario «resignificar» el recinto, «con una nueva mirada» que «debería ir más allá del engañoso relato de reconciliación que improvisó la dictadura a finales de los años 50». Esa «nueva mirada» pretende «descifrar las motivaciones de su construcción, el despliegue de mano de obra y recursos económicos en un contexto de posguerra», además de «la cosmovisión nacionalcatólica que se plasma en él, el proceso irregular de traslado de miles de cuerpos a su cementerio 20 años después de la contienda, su movilización política como refugio del franquismo aún hoy, o su posible conexión o contraste con lugares de memoria compleja en otros lugares del mundo».

Para ello, se diseñarán «propuestas pedagógicas orientadas a diferentes tipos de público y en formatos fundamentalmente digitales que proporcionen herramientas necesarias para fomentar formas de ciudadanía abiertas, inclusiva y plurales, plenamente conscientes de su propia historia, y capaces de detectar y desactivar las derivas totalitarias o antidemocráticas que puedan crecer en su seno».

«La resignificación del Valle posibilita desarrollar una mirada crítica e informada sobre nuestra historia reciente, en todos sus matices y más allá de la propaganda o de las posiciones cerradas», prosigue Moncloa.

Salida de los monjes

El Gobierno también tiene pendiente la aprobación de un real decreto que establezca el nuevo marco jurídico aplicable al Valle, un recinto dependiente de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, de monjes benedictinos, pero que administra de forma temporal desde 1982 Patrimonio Nacional.

De hecho, la Ley de Memoria Democrática prevé la extinción de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, lo que en la práctica podría significar la salida de los monjes que residen en el lugar, encargados actualmente de la abadía, la hospedería y la escolanía.

Otra de las cuestiones es qué pasará con la gran cruz de piedra de 150 metros de altura, aunque quedaría blindada con la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, aprobada en marzo y que preserva la arquitectura religiosa, cruces o núcleos históricos antiguos.

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