Inminente imputación de Artur Mas al considerarle la Guardia Civil el cerebro en la sombra del 1-O
La Guardia Civil ha puesto en bandeja la imputación de Artur Mas. Él era el eje de una élite que comandaba el Comité Estratégico y el Comité Ejecutivo, los dos grupos que prepararon el golpe del 1-O. Y él era el cerebro en la sombra de un grupo al que sólo tenían acceso permanente Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y Josep María Jové.
Pero el papel de Artur Mas iba más allá. Porque él tuteló el proceso y buena parte de sus cabezas visibles desde el 9-N. La Guardia Civil ha confirmado que estuvo presente en cada reunión decisiva de ambos comités –Estratégico y Ejecutivo– y que, incluso, a día de hoy, sigue decidiendo sobre las figuras que deben continuar y alimentar el golpe, entre ellas, Elsa Artady, la nueva directora de campaña de JxCAT.
La Benemérita cuenta con pruebas que avalan que la estructura del golpe del 1-O tenía una superestructura capaz de coordinar los dos comités encargados de materializar el desafío a la Constitución y la unidad de España. Todos los integrantes de esa élite golpista formaban parte del Comité Estratégico -el grupo encargado de diseñar la ruptura con España-.
Pero no todos los miembros de ese comité formaban parte de la súper élite. El grupo en cuestión estaba integrado por Artur Mas, Carles Puigdemont (al que eligió como sucesor en su momento y de forma personal el propio Mas), Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart y Josep María Jové. Los seis lideraban las deliberaciones en el Comité Estratégico. Pero también presidían los encuentros más decisivos del Comité Ejecutivo –el encargado de materializar lo que el primer comité designaba y ordenaba–.
Los seis lo hacían porque eran la cabeza real del golpe. Y, dentro de esa élite, y pese a estar integrados gente de ERC como Junqueras, el papel de Mas era prioritario porque era el eje de conexión con dos factores determinantes: el primero, que era el padre del 9-N, el primer referéndum ilegal celebrado en 2014, un “experimento que sirvió a los separatistas para testar las fuerzas y probar el golpe del 1-O”, como opinan ya algunos de los investigadores. El segundo, que, tal y como sospecha la Guardia Civil, parte de las “estructuras de país” -como los separatistas les llaman- se han financiado con dinero destinado desde hace tiempo. Mucho tiempo. Tanto, que conecta con la etapa de Mas y Jordi Pujol. Y quien tiene esa información y conocimiento pleno de los equipos dispersos en estos cometidos es Artur Mas, tal y como sospecha la policía judicial.
Los equipos de trabajo que preparaban el golpe del 1-O aparecen recogidos en el documento “EnfoCats” incautado por la Guardia Civil en uno de los registros realizados el 20 de septiembre pasado: el que tuvo lugar en el domicilio particular de Josep Maria Jové, el secretario general de Vicepresidencia, Economía y Hacienda. El número dos de Junqueras.
En ese documento, y bajo el lema “Reenfocando el proceso de independencia para un resultado exitoso. Propuesta estratégica”, se describe un primer grupo de protagonistas del golpe denominado “Comité Estratégico”. Y un segundo grupo llamado “Comité Ejecutivo”. “En el Comité Ejecutivo se incluyen los secretarios generales de Presidencia y Vicepresidencia (Jové), los directores de las oficinas de desarrollo del autogobierno, profesionales expertos en los distintos ámbitos del proyecto y consejeros o secretarios generales ad hoc, según las temáticas a tratar”.
El documento de la Guardia Civil añade el desarrollo y composición del otro grupo, el principal: “El Comité Estratégico estaría formado por el presidente y vicepresidente del gobierno, miembros de grupos parlamentarios independentistas, presidente y vicepresidente de la ANC, Òmnium y AMI, entre otros, destacando que los presidentes de la ANC y Òmnium son Jordi Sánchez Picanyol y Jordi Cuixart Navarro, respectivamente”.
La Guardia Civil sabe ahora que, de forma natural, surgió la élite de esas seis cabezas del golpe. Un grupo donde la influencia de Mas -oculto hasta ahora en la mayoría de los papeles encontrados- fue decisiva.
En parte, por eso el resultado electoral y la pelea entre ERC y JxCAT por el liderazgo el 21-D es tan decisiva. Porque ERC se ha cansado de que el motor y cerebro siga siendo la vieja Convergencia. Y para dar la vuelta socialmente a esa situación de liderazgo intelectual necesita el respaldo de las elecciones. Porque, hoy por hoy, la influencia de Mas sigue siendo tan clara que, incluso, ha impuesto el auge de Elsa Artady, la actual directora de Campaña de JxCAT. Porque sigue mandado en su partido y, como consecuencia, en la cabeza del golpe.
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