España

Iglesias quiso robar a Colau la marca de En Comú y registrarla en Madrid: Interior lo impidió

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, intentó arrebatar a Ada Colau la marca de En Común Podem y domiciliarla en la sede de la formación morada en Madrid

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Corría el año 2016 y las diferencias entre el líder del partido, Pablo Iglesias, y su número dos, Iñigo Errejón, comenzaron a aflorar en el seno de Podemos. En enero de ese mismo año al secretario general le saltaron las alarmas tras recibir de la mano de Antonio Asensio, dueño de la extinta revista Interviú, una tarjeta SD que pertenecía a su ex asesora en el Parlamento Europeo, Dina Bousselham. El ahora vicepresidente segundo del Gobierno descubrió que en el interior del dispositivo había información sobre un plan fraguado por su entonces número 2 que pretendía arrebatarle el liderazgo del partido. Para ello contaría con la ayuda de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Entonces, Iglesias quiso vengarse de la representante del partido en Cataluña e ideó un plan para derrocar a la «marca blanca» en la Ciudad Condal. En esta «guerra de guerrillas» el líder de Podemos intentó robar el nombre de En Común Podem a la podemita catalana. De esta manera podría presentarse en solitario en los siguientes comicios que se celebraran en aquella comunidad autónoma el caso de que se produjera una ruptura definitiva. Entonces, las últimas elecciones celebradas fueron las generales del 20 de diciembre de 2015 y el partido de Colau había ganado en Barcelona.

Iglesias decidió tomar medidas urgentes contra los errejonistas y los comunes purgando a todo aquel que no presentara vasallaje a su guardia pretoriana. Para ello contó con una persona próxima a Colau, Jéssica Albiach, que se presenta como cabeza de lista en las elecciones del 14-F, y que haría una función de «infiltrada». OKDIARIO ha tenido acceso a la escritura presentada por los morados para arrebatarle las siglas a la edil de la Ciudad Condal. El documento titulado «Escritura de Constitución de Partido Político» consta de siete paginas y fue presentado en Barcelona a 26 de febrero de 2019. Una de las personas que firma el escrito es Albiach. 

scrito presentado por Podemos para robar a Colau la marca de En Común Podem

La escritura presentada ante el Registro de los Partidos del Ministerio del Interior recogía: «Los señores comparecientes, como únicos fundadores, constituyen un partido político de ámbito nacional. Concebido para contribuir democráticamente a la determinación de la política nacional y a la formación de la voluntad política de los ciudadanos (…). A tales efectos, se incorpora acta de constitución de fecha 1 de febrero de 2016, debidamente firmada por los representantes, y cuyas firmas considero legítimas».

Además, Iglesias pretendía registrar la marca de Podemos en Cataluña en la sede de la formación morada que en aquel momento estaba ubicada en pleno centro de la capital de España. «Dicho partido político se denomina Podem en Comú, tendrá como domicilio en Madrid: calle Princesa nº2 planta 3. Sus siglas incluye todos los equivalentes de todas las lenguas oficiales reconocidas en la Constitución Española como Podemos en Común», subrayaba.

Colau se adelantó

Finalmente, Iglesias no pudo llevar a cabo su plan porque la alcaldesa catalana fue más rápida. Cuando Podemos quiso registrar el nombre de la filial de la formación morada, ya aparecía una «denominación similar» en el Registro de Partidos del Ministerio del Interior. Según el mismo organismo, En Común Podem fue inscrito el 21 de enero de 2016 y está domiciliado en la calle Marina 131 de Barcelona.

Ada Colau inscribió la marca En Común Podem en el Registro de Partidos del Ministerio del Interior el 21 de enero de 2016

La fecha en la que Colau registra al partido no es baladí. Fuentes del partido consultadas por OKDIARIO explican que esta enemistad entre Iglesias y la edil surge después de que el líder de Podemos husmeara, de manera ilegal, el teléfono móvil de su ex asesora Dina Bousselham y se percatara de un plan para desbancarle del liderazgo ideado por errejonistas, comunes y por otros territorios podemitas.

Curiosamente, Iglesias recibió de manos del presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, la tarjeta SD de Bousselham el 20 de enero de 2016. La memoria apareció en la extinta revista Interviú unos meses antes tras la entrega anónima realizada presuntamente por una persona vinculada a la ex asesora de Iglesias en el Parlamento Europeo que quería vengarse de ella.

El líder de Podemos visualizó el contenido de la tarjeta SD sin el consentimiento de su propietaria. En ese chequeo no sólo detectó imágenes íntimas de la joven marroquí sino que también descubrió las pruebas de los vínculos de Bousselham con «su amigo Íñigo Errejón», en aquel momento número 2 del partido, y que mostraban «el montaje de una traición a Iglesias», según las mismas fuentes. Desde ese momento, el vicepresidente segundo perdió la confianza depositada en Dina y Errejón.

Iglesias, aseguran a OKDIARIO, nunca le dijo a su ex asesora toda la verdad sobre lo que había visto en la tarjeta SD. Sólo que habían intentado chantajearle con unas fotografías en las que aparecía ella. La versión oficial sobre cómo Iglesias había conseguido las pruebas contra Errejón fue otra. Entonces, el núcleo duro del partido explicó que las había encontrado en un ordenador abierto en la sede de la calle Princesa. «Algo totalmente inverosímil pero que coló, fue un robo de información en toda regla”, manifiestan a este periódico.

Fuentes internas cuentan que «desde el partido recomendaron a Iglesias que destruyera la tarjeta original de Dina Bousselham que le había entregado el empresario Asensio», y –prosiguen– le recomendaron que le proporcionara al juez del caso Villarejo, Manuel García-Castellón, «otra tarjeta copiada parcialmente por si finalmente el juzgado pudiera recuperar parte del contenido eliminado».

Esta causa tiene al borde de la imputación ante el Tribunal Supremo a Pablo Iglesias. El Alto Tribunal ha devuelto la causa al juez de la Audiencia Nacional para que culmine la investigación. Los fiscales del Supremo y el tribunal ven claro el delito de daños informáticos cometido, según las pesquisas, por el vicepresidente segundo del Gobierno. Por tanto, una vez que el instructor dé por finalizada la investigación y eleva una exposición razonada por este delito al órgano competente, debido al aforamiento del investigado, el líder de Podemos –con alta probabilidad– será imputado en el Supremo.