Una funcionaria sufre la segunda agresión por una presa en la cárcel de Alcalá Meco en menos de un mes
El pasado el 7 de noviembre al medio día, una presa agredió brutalmente a una funcionaria de la cárcel de mujeres de Alcalá Meco, Madrid II. La funcionaria tuvo que ser atendida de inmediato por los servicios médicos presentando hematomas en ambos antebrazos y lesión cervical, además del daño psicológico que se sufre cuando se vive una experiencia de violencia como ésta. Es la segunda agresión a funcionarios en Alcalá Meco en menos de un mes.
Los hechos ocurrieron en el módulo B1-2, un departamento que es una mezcla de perfiles de internas condenadas y otras que están de tránsito, presas que están temporalmente y tienen como destino otro centro penitenciario. El problema es que tras la agresión la interna siguió haciendo vida normal en el módulo como si no hubiera pasado nada, alimentando la sensación por parte de la agresora de total impunidad a cometer agresiones como esta.
«Hechos similares ocurrieron con otra interna que agredió el 12 de octubre en la enfermería de la misma prisión a otra compañera, siguió en el mismo sitio haciendo vida rutinaria durante más de una semana. El sentimiento por parte de los profesionales penitenciarios es de total indefensión ante esta escalada de violencia en las prisiones. Es insorportable trabajar dentro de las prisiones españolas con estas políticas por parte de la Secretaría General y que siguen a rajatabla las direcciones de los centros, condescendientes, laxas y paternalistas con el/la delincuente, una especie de ‘buenismo’ que al final convierte las cárceles en la ley del más fuerte, la ley de la selva”, porque saben que sus actos no van a tener consecuencias ni una respuesta contundentes. Poniendo cada día en grave peligro la vida de las personas, profesionales y resto de la población reclusa», explican en una nota desde el sindicato de Prisiones Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM).
Según datos oficiales de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias en los nueve primeros meses del año 2022, hasta el 30 de septiembre, se computan un total de 310 agresiones a empleados públicos penitenciarios por parte de la población reclusa. Ello supone una ratio de más de una agresión diaria en las cárceles dependientes del Ministerio del Interior en ese periodo. Así pues, hasta final del mes de septiembre del año 2022, este año se ha convertido en el más violento de los últimos 8 años.
La proposición de ley que dotaría a los funcionarios de prisiones de la condición de agentes de autoridad fue presentada el 24 de julio de 2020, hace más de dos años y calificada el 2 de septiembre de ese mismo año. Desde entonces hasta el 29 de marzo de 2022, fecha en la que se votó la toma en consideración en la cámara baja, ha habido muchas agresiones hacia los funcionarios de prisiones. «Este año y medio de tener “guardada en el cajón” la proposición de ley da una idea de lo prioritario que son para este gobierno los funcionarios de instituciones penitenciarias», añaden desde TAMPM.
Los funcionarios de prisiones reclaman desde hace años la necesidad de un Estatuto Propio para Prisiones, porque «ponemos en valor la importancia y el necesario reconocimiento de los profesionales penitenciarios y volvemos a denunciar la falta de compromiso por parte de la Administración para hacer una mejora estructural y profunda de este servicio público esencial».
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