España

La Fiscalía pide diez años de cárcel para el ‘ex papa’ de El Palmar de Troya y su pareja por el asalto de junio

La Fiscalía de Dos Hermanas (Sevilla) ha pedido diez años de cárcel para el 'expapa' de la secta extinguida El Palmar de Troya, Ginés Hernández, y su pareja por los delitos de robo con violencia e intimidación y las lesiones causadas a un sacerdote en las instalaciones de la Iglesia Cristiana Palmariana el pasado 10 de junio de 2018.

En su escrito de acusación, avanzado por ‘Diario de Sevilla’, la Fiscalía detalla que la madrugada del pasado 10 de junio de 2018, Ginés Hernández y su pareja, cuya identidad responde a las iniciales N.A.T.G., llegaron hasta la basílica de la Iglesia Cristiana Palmariana «guiados por el ánimo de hacerse con el dinero proveniente de la recaudación de la orden», a la que había pertenecido el primero, y mediante una escalera telescópica superaron el muro perimetral del recinto antes de despuntar el alba.

Ya dentro del recinto, permanecieron «ocultos» hasta que sobre las 16.30 horas de aquella jornada, «sabedores de que la puerta que da acceso a las dependencias del monasterio permanecería abierta, se introdujeron en la zona en la que se ubica la imprenta y las habitaciones de los superiores», vistiendo ropas negras, con sus rostros ocultos con pasamontañas y portando efectos como una navaja, dos caretas de payaso, bridas, cinta americana, dos alicates y una palanqueta.

Una vez en la estancia de la imprenta, según la Fiscalía, fueron sorprendidos por el conocido como «padre Silvestre», identificado como A.R.M.G. y también encausado, «momento en el que Gines Hernández, esgrimiendo la navaja y con el ánimo de menoscabar su integridad física, se dirigió al mismo iniciándose un forcejeo entre ambos en el que A.R.M.G. resultó herido en el costado y extremidades», siempre según el relato de la Fiscalía.

El sacerdote «temió por su vida»

La pareja de Ginés Hernández, según la Fiscalía, «se unió a la agresión esgrimiendo un martillo que encontró y con el que alcanzó en la cabeza» al padre Silvestre, quien en el transcurso de la disputa, «temió por su vida» y, tras arrebatarle la navaja al acusado, «le asestó una puñalada» a la mujer en el costado, «golpeándole acto seguido en la cabeza».

El sacerdote, según el escrito, logró después «accionar la alarma de la estancia», con lo que acudieron a la misma varios religiosos, entre ellos el «padre José María», siendo éste atacado y agredido por ambos intrusos, tras lo cual el «padre Silvestre», «temeroso por ello de la vida y la integridad física» de su compañero, «se hizo con la navaja que se hallaba en el suelo y asestó una puñalada a Ginés Hernández, alcanzándole en el costado y propinándole varios puñetazos para neutralizar la posibilidad de nuevas agresiones».

La Fiscalía detalla en ese sentido las lesiones sufridas por los dos asaltantes y los dos religiosos, recordando que los dos primeros fueron encarcelados, situación que persiste en el caso de Ginés Hernández.

Merced a tales hechos, la Fiscalía atisba delitos de robo con violencia e intimidación en casa habitada, en grado de tentativa, y cuatro delitos de lesiones, uno de ellos con tipificación distinta al resto.

Más al detalle, considera que el ex papa de la Iglesia palmariana Ginés Hernández y su pareja son autores, cada uno de ellos, de un delito de intento de robo con violencia e intimidación en casa habitada, además de sendos delitos de lesiones sobre cada uno de los dos religiosos, con la agravante de disfraz, reclamando para cada uno de ellos un total de diez años de cárcel.

En el caso del «padre Silvestre» sería autor de dos delitos de lesiones sobre los asaltantes, pero la Fiscalía aprecia la eximente completa de legítima defensa, por lo que reclama su libre absolución.

Además, la Fiscalía pide que se imponga al expapa y su pareja la prohibición de acudir durante ocho años al recinto de la iglesia palmariana, así como la prohibición de acercarse a menos de 300 metros del «padre Silvestre» y el «padre José María», durante nueve años en el primer caso y siete en el segundo, e indemnizar a los mismos con diferentes cuantías merced a las lesiones causadas.