ERC reúne a 40 historiadores con dinero público para demostrar que Da Vinci, Marco Polo, Colón y Cervantes eran catalanes

¿Creía que Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares, como se enseña en todos los libros de texto? ¿Que Marco Polo fue un mercader veneciano o que Leonardo da Vinci debe su nombre a la localidad de Florencia en la que nació? Estaba muy equivocado, todos ellos eran catalanes. Al igual que los grandes autores del Siglo de Oro de la Literatura española como Lope de Vega, Garcilaso de la Vega y la mística Santa Teresa.

Todos catalanes. También el explorador portugués Magallanes, el humanista Erasmo de Rótterdam y los autores anónimos de El Cid, La Celestina y El Lazarillo de Tormes. Anónimos, porque decidieron ocultar su identidad catalana. La bandera de Estados Unidos, por cierto, también tiene un origen indudablemente catalán. Al menos así lo sostiene el Instituto Nova Historia, que este fin de semana reúne en Arenys de Munt (Barcelona) a 40 «historiadores» para demostrar que el Descubrimiento de América fue una gesta catalana.

El congreso será inaugurado el viernes por los alcaldes de Arenys de Munt, Joan Rabasseda (ERC), y Arenys de Mar, Estanislau Fors i Garcia (un ex edil de CiU que hoy gobierna la ciudad a través de la coalición Junts per Arenys). Ambos ayuntamientos de Barcelona patrocinan este congreso, junto a entidades como el Ateneu Independentista de Arenys de Munt.

El nacimiento de una nación necesita una mitología propia. Empeñado en esta tarea, el Institut Nova Historia ha decidido revisar todo el saber de la humanidad, desde el diluvio universal, para demostrar que el espíritu emprendedor catalán está detrás de cada una de las grandes gestas de historia: desde el descubrimiento de América a la Última Cena de Da Vinci, desde la escritura del Quijote a los viajes de Marco Polo. Una lista que no incluye, todavía, la llegada del hombre a la Luna.

El principal investigador, miembro de la CUP

El conferenciante estrella de la jornada inaugural del congreso que se inicia el viernes es Jordi Bilbeny, «investigador» y miembro de la CUP. En una de sus teorías más audaces, Bilbeny sostiene que Cristóbal Colon y Marco Polo eran en realidad navegantes catalanes. El primero, Joan Cristòfol Colom, era miembro de la familia Colom de Barcelona y sobrino del almirante Antoni Bertran. En cuanto a Marco Polo, no existe ningún registro que demuestre que nació en Venecia. En consecuencia, argumenta Bilbeny, probablemente fue catalán.

Con la misma lógica demoledora, este «historiador» también ha hallado sutiles «errores de traducción» en los poemas de Santa Teresa. Algo que demuestra, a su juicio, que los textos de la mística de Ávila fueron realmente escritos en catalán, y luego vertidos torpemente al castellano.

Otro de los «historiadores» invitados al congreso de Arenys de Munt es Lluís Maria Mandado, quien junto a Raimon Balagué ha descubierto que Miguel de Cervantes se llamaba en realidad Joan Miquel Servent y nació en Jijona (Alicante). Estamos, por tanto, ante un catalán de los Països Catalans del Sur. El paralelismo entre las biografías de Miguel de Cervantes y Miquel Servent es asombroso: ambos tenían una casa en Barcelona, lucharon en el norte de África y resultaron heridos. Y ambos tenían un hermano que luchó en Flandes. En consecuencia, deduce Mandado, los huesos depositados bajo la Iglesia de la Trinitarias de Madrid pertenecen realmente a Miquel Servent, autor de El Quijote.

Otros dos historiadores que recurren a métodos de investigación propios de El Código Da Vinci son Pep Mayolas y Manel Capdevilla, ambos invitados al congreso de este fin de semana organizados por el Institut Nova Història.  Estos dos expertos sostienen que Leonardo da Vinci era en realidad un hijo del rey Alfons II de Nápoles (perteneciente a la Casa de los «reyes catalanes» de Aragón), emparentado con César y Lucrecia Borgia.

Pep Mayolas también ha expuesto la novedosa tesis de que el filósofo y humanista Erasmo de Rótterdam no nació en los Países Bajos, sino que era en realidad el segundo hijo del catalán Critòfol Colom, descubridor de América.

El autor secreto de las obras de Lope de Vega

Lluís Batle, también ponente en el congreso de Arenys de Munt, ha hecho carrera desenmascarando a los clásicos del Siglo de Oro español. A su juicio, una atenta lectura del prólogo de una edición de La Celestina demostraría que su verdadero autor era un catalán que decidió ocultar su identidad por temor a la Inquisición.

En la misma línea, otro de los ponentes del congreso de este fin de semana, Marcel Mañé, sostiene que es materialmente imposible que Lope de Vega escribiera todas las obras que se le atribuyen. Por tanto, señala, lo más probable es que sus obras sean originales de distintos autores. Y en su opinión, buena parte de ellas fueron escritas originalmente en catalán y luego traducidas al castellano. Para llegar a esta conclusión cita, ente otras fuentes, la Wikipedia.

El congreso de Historia que este fin de semana acoge Arenys de Munt bajo el título «El Descubrimiento catalán de América» será clausurado el sábado por la diputada de Junts pel Sí Muriel Casals, con una conferencia titulada «Del pasado borrado a la independencia política».

El propio Jordi Bilbeny, la principal estrella del congreso, explica en su texto de bienvenida a los asistentes que «un país sin libertad es un país esclavo y un país sin historia es un país desmemoriado, que no camina libremente porque no tiene suficiente perspectiva».

Quizá de ahí la necesidad de falsificar la historia, enriqueciéndola con hallazgos tan originales, para dotar a la Cataluña independiente de un retablo de personajes más interesantes. Bilbeny lo argumenta de otra forma: «Desde antiguo, la Inquisición, la Corona, el Estado o el Vaticano han promovido toda clase de leyes para borrarnos del mundo. Han confiscado o quemado nuestros libros, los han traducido al castellano, al francés o al italiano cambiando el nombre de sus autores». Ahora, la verdadera historia de Cataluña comienza a salir a la luz.