España

El coronel Pérez de los Cobos acusa a los Mossos de complicidad con los convocantes del referéndum del 1-O

El coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, coordinador para el dispositivo policial del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017, ha acusado este martes a los Mossos d'Esquadra de aprovechar sus visitas a los colegios electorales los días previos a la convocatoria para informar de sus planes de actuación y dar a conocer a la población que si los centros estaban llenos o había presencia de menores y personas mayores no actuarían.

Así lo ha indicado el coronel Diego Pérez de los Cobos durante su declaración como testigo en el juicio por el proceso independentista en Cataluña, en el que, a preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal. El coronel de la Benemérita ha relatado también la difícil relación que mantuvo siempre con el entonces jefe de los Mossos, el mayor Josep LLuís Trapero y la desconfianza del Estado en que la policía autonómica fuese a cumplir con los mandatos judiciales para impedir el referéndum, algo que, según su versión, se concretó el 1-O.

Pérez de los Cobos ha dicho concretamente que conoció «con posterioridad» que las visitas que debían hacer los Mossos a los locales destinados para la votación los días previos al 1-O tuvieron «la finalidad contraria a lo que se pretendía», ya que en lugar de avisar que debían clausurarse antes de las seis de la mañana del día 1, comunicaban a los allí presentes que si no estaban desalojados a esa hora la policía autonómica tendría que intervenir salvo que los agentes se encontraran «una masa de ciudadanos que lo dificultara» porque «en ningún caso harían uso de la fuerza».

Crear el escenario descrito por los Mossos

El mando de la Benemérita ha explicado que esta circunstancia «fue conocida por distintas organizaciones sociales», que habrían podido así «hacer un llamamiento» a la ciudadanía «de manera que se configurara antes de las seis de la mañana ese escenario definido por los Mossos como aquel que iba a imposibilitar las actuaciones» policiales.

«Les decían que a las cinco hubiera tal número de gente que a las seis se encontrarían los Mossos con no poder actuar y especialmente serían comedidos si en esos grupos, además de numerosas personas, había mayores, niños o colectivos vulnerables, que es justo lo que había dicho el mayor Trapero en la reunión de la Junta de Seguridad del 28 de septiembre», ha afirmado.

Pérez de los Cobos ha contado de forma pormenorizada cómo vivió esa Junta de Seguridad, a la que el Gobierno central fue convocado por el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, «con menos de 24 horas de antelación y con un único punto del orden del día» cuyo título era «surrealista», pues se trataba de la «coordinación de los dispositivos de seguridad para el referéndum de autodeterminación cuando se trataba de una actividad declarada ilegal».

Reunidos con los convocantes de un acto ilegal

El coronel ha asegurado que vivió entonces una «situación kafkiana» en un «ambiente muy tenso» porque a quienes tenía al otro lado de la mesa era a los «convocantes de la actividad ilegal» que la juez del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) Mercedes Armas había «ordenado impedir».

Y además, ha censurado una vez más la actitud de Trapero ese día porque, lejos de no asistir teniendo la «oportunidad» de no hacerlo, decidió acudir a la cita y se sentó «en el lado de la Generalitat», haciendo siempre intervenciones «en la línea de los convocantes de la actividad ilegal».

Según Pérez de los Cobos, Puigdemont invirtió buena parte de su intervención en esa reunión en señalar que la prioridad el 1 de octubre era la «convivencia ciudadana». «Dijo que era el bien superior y que él como president tenía que garantizarlo», ha explicado, para añadir que Trapero se mostró de acuerdo con esta postura.

El coronel ha remarcado que él defendió que «lo sustantivo» el día del referéndum era «cumplir el mandato judicial» de clausurar los centros de votación e incautar urnas y papeletas, pero Trapero advirtió que su intención era «evitar un mal mayor» y que «lo primero era la convivencia ciudadana».

«Puigdemont llegó a decir que un auto judicial no podía pisotear los derechos de los ciudadanos. Fue entonces cuando yo le dije que había otra opción para evitar incidentes: que desconvocara el referéndum. Pero él me vino a decir que ya sabía lo que tenía que hacer», ha remarcado.