El CNI balizó el coche de Puigdemont y esperó a que pisase suelo alemán para instar su detención

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Carles Puigdemont durante su discurso de Año Nuevo

La inteligencia española balizó el coche de Carles Puigdemont y esperó a que pisase suelo alemán para instar a su detención.El CNI ha tenido controlados los movimientos de Puigdemont prácticamente de forma continua desde aquel 30 de octubre en el que salió de Cataluña en el maletero de un coche camino de Bruselas. Unas veces lo ha hecho gracias a los contactos directos del CNI con agentes nacionales ubicados en cada uno de los países que ha recorrido Carles Puigdemont. Otras, por técnicas de seguimiento como la instalación de balizas geolocalizadoras o el rastreo de la señal del móvil.

En el último trayecto del prófugo estrella de los últimos tiempos, la opción adoptada por los equipos de inteligencia españoles fue precisamente la de instalar una baliza escondida en su coche de matrícula belga. Un localizador que se ha encargado de delatar los movimientos del golpista hasta permitir a las autoridades españolas elegir el país en el que detenerlo. Todo ello, sin que él llegase a saber ni que los agentes nacionales lo tenían permanentemente monitorizado desde su abandono de Finlandia.

Por el camino han sucedido cientos de seguimientos, informaciones e, incluso, negociaciones diplomáticas para no errar en la captura. Y es que las autoridades españolas necesitaban saber dónde instar la detención para que no fuese entregado con limitaciones de cara al juicio. Por eso la detención se ha realizado en suelo alemán. Porque Alemania, a diferencia de Bélgica, no tiene ni la más mínima intención de dar protección a golpistas.

Una baliza del tamaño “de la mitad de una yema de un dedo”. “Pero totalmente eficaz en el seguimiento de los movimientos de un vehículo”, señala a OKDIARIO una fuente conocedora del operativo de seguimiento instado tras la última salida de Bélgica de Puigdemont. “Las fechas judiciales estaban llegando a su punto de máxima tensión y no podía estar sin pleno control una persona con las graves acusaciones delictivas que soporta Puigdemont”, añade esa misma fuente.

Por eso se eligió la opción de la baliza. Sólo quedaba ya instalarla y seguir con un doble esquema sus movimientos. La labor de instalarla fue manual, por pura lógica. Trabajo de campo. “La baliza se puede esconder en infinidad de lugares del coche gracias a su tamaño”, aclaran a este diario. Pero “siempre debe ir confirmándose el movimiento del vehículo por agentes de campo o cuerpos policiales internacionales que colaboran para evitar que sistemas de inhibición puedan frustrar el seguimiento”.

En este caso, uno de los más importantes de los últimos tiempos para el CNI, el resultado ha sido exitoso. No sólo se ha seguido y capturado a Puigdemont. Sino que, además, la precisión de los mecanismos de control ha sido tal que se ha podido elegir el país más respetuoso con la ley y más leal con Europa y España de todos por los que ha pasado el líder de los golpistas: Alemania. El país germano era, de hecho, una de los mejores opciones. La otra era Francia, un país que desde el primer momento confirmó a España su plena colaboración con una frase muy descriptiva: “En cuanto ponga un pie en Francia se hará efectiva la detención”, tal y como le fue confirmado a las fuerzas de seguridad españolas tras hablar con los responsables franceses.

La fuga ha llegado a su fin. Tras pasar por Bélgica y acomodarse en una lujosa mansión de Waterloo; tras acudir a un coloquio en la Universidad de Copenhague; asistir al Festival de Cine y Foro Internacional de Derechos Humanos de Ginebra, donde los asistentes le afearon ya su discurso; y tras viajar a Finlandia invitado por un grupo de diputados finlandeses simpatizantes del separatismo.

La escapada del prófugo ha llegado a su fin y lo ha hecho en un país que, a diferencia de Bélgica, no pretende limitar el juicio a delitos menores como el de malversación.

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