`
Economía
Calefacción

El truco de un ingeniero industrial para ahorrar un 20% en la calefacción: «Está demostrado»

Aunque todavía queden días para la llegada del invierno, el frío ya se nota de modo que son muchas las personas que no dudan en encender la calefacción. Sin embargo, al hacerlo también se buscan maneras de ahorrar y una de las cuestiones que generan más dudas es si conviene apagarla cuando salimos un rato. No es un tema menor. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, un hogar español gasta de media unos 640 euros al año en calefacción, aunque la cifra puede acercarse a los 900 euros si hablamos de gas natural. Con ese nivel de gasto, cualquier consejo práctico interesa y mucho.

En el programa La Tarde de Cope han abordado recientemente esta cuestión. Allí, el ingeniero industrial Jorge Morales respondió a una de las dudas más habituales. La típica, la de si merece la pena apagar la calefacción cuando uno se va unos minutos o si es mejor dejarla encendida para no perder calor. Su respuesta llamó la atención porque va en la línea contraria de lo que muchos creen. Y no habla de intuición, sino de física pura y dura. A partir de esa explicación, rescató un mensaje que él mismo repite a menudo y es que incluso si sólo vas a comprar el pan, apagar la calefacción compensa. Y no sólo en ausencias largas. También en escapadas breves en las que, por costumbre o por miedo a que la casa se enfríe, hay quien opta por dejar la caldera funcionando.

El truco de un ingeniero industrial para ahorrar un 20% en la calefacción

El razonamiento de Morales es sencillo. Los sistemas de calefacción siempre consumen mientras están encendidos. No existe un punto en el que mantenerlos a baja temperatura salga gratis. Cada minuto en marcha supone gasto. Por eso, si nadie está en casa, continuar calentando habitaciones vacías no es eficiente desde ningún punto de vista.

Además, recuerda que la mayoría de viviendas en España tienen un aislamiento medio. Eso significa que el calor se pierde relativamente rápido. Por ello, la idea de mantener la temperatura cuando la casa está vacía no suele compensar. Ese consumo continuo, incluso si es a baja potencia, acaba siendo mayor que el gasto de encender la calefacción al volver.

Esta es precisamente la razón por la que termostatos y programadores existen. No están pensados para dejar la calefacción funcionando todo el día, sino para adaptarla al ritmo real de cada hogar. Y ahí está parte del ahorro.

Seis termostatos en casa y un control total desde el móvil

En su intervención, el ingeniero contó que tiene seis termostatos inteligentes instalados en casa. Los controla desde el móvil y eso le permite ajustar la temperatura habitación por habitación. Lo explicó con un ejemplo sencillo. Si su hija está en casa y él no, no tiene sentido calentar toda la vivienda. Basta con que la habitación de la niña esté confortable. Y cuando sabe que ella vuelve a una hora concreta, programa el termostato para que su cuarto no esté frío.

Aun así, matizó que no es necesario invertir en tantos dispositivos. Para la mayoría de familias, un único termostato inteligente ya marca una diferencia significativa. El objetivo es evitar que la calefacción funcione más de lo necesario. Sólo eso, con un gesto tan simple como apagarla al salir o programarla con precisión, reduce consumos de forma notable.