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Roures libra de un ‘marrón’ a Sánchez: Mediapro no pedirá el rescate de la SEPI gracias a su socio chino

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Jaume Roures, el presidente del grupo de medios de cabecera del Gobierno, Mediapro, va a librar a su amigo Pedro Sánchez de un ‘marrón’ que podría desembocar en un escándalo aún mayor que el rescate de Plus Ultra. Según fuentes conocedoras de la situación, las dos ofertas que tiene sobre la mesa para salvar a la compañía de la quiebra no necesitarán el dinero público del rescate que había solicitado a la SEPI.

De esta forma, Sánchez evita la patata caliente de elegir entre dejar caer la productora de su empresario amigo y arriesgarse a que sus programas dejaran de serle tan favorables, en un momento de gran necesidad tras las elecciones de Madrid, o concederle el rescate público con el enorme escándalo que supondría y las previsibles querellas por malversación y prevaricación, como las que se están investigando en el caso de Plus Ultra. De hecho, a la SEPI le estaba costando mucho encontrar asesores externos que avalasen este rescate.

Las fuentes consultadas confirman que Roures y su socio Tatxo Benet tienen sobre la mesa una segunda oferta alternativa a la de los fondos Searchlight e Invesco por parte de su actual primer accionista,  el chino Orient Hontai Capital, anticipada por La Vanguardia. Como informó OKDIARIO, Hontai se resistía a salir de Mediapro y ha presentado una contraoferta que plantea inyectar más de 500 millones en la compañía. Esta propuesta, inesperada para el resto de jugadores, haría innecesario el rescate de la SEPI.

Hasta ahora, la opción que había sobre la mesa era la de los fondos citados, que han comprado con descuento 180 millones de deuda de Mediapro y estaban dispuestos a inyectar otros 150 como capital, siempre que los demás accionistas, incluyendo a Orient Hontai, Roures y Benet, aceptaran diluir su participación en el capital. Orient posee el 53% de Mediapro (por el que pagó más de 1.000 millones), los dos fundadores tienen un 12,5% cada uno, y completa el accionariado el gigante publicitario británico WPP con el 22%.

Ante las fuertes pérdidas que supondría eso para el fondo chino, éste ha preferido poner más dinero -lo que en el mercado se llama «dinero bueno sobre dinero malo»- para intentar reflotar la empresa y recuperar el máximo posible de su inversión. De momento, su propuesta ha conseguido que los bancos acreedores amplíen de nuevo el plazo para que la empresa pague 44 millones de deuda, que vencía el 31 de julio tras el aplazamiento anterior conseguido al cierre de junio.

Negociaciones con los accionistas y acreedores

Las fuentes consultadas explican que la propuesta de Orient Hontai no precisa del dinero de la SEPI, pero sí de algunos sacrificios por parte de los bancos acreedores del crédito sindicado de 920 millones -Santander, BBVA y CaixaBank- que tiene a Mediapro al borde de la quiebra. Algo que tienen que negociar ahora ambas partes.

«Todo estaría pendiente de las negociaciones con los accionistas minoritarios en los acuerdo que se adopten, con unos y otros grupos de inversores (los fondos compradores de deuda o el accionista principal)», explican las fuentes. «Desde el lado de Mediapro, la existencia de dos ofertas da tranquilidad respecto a su necesaria estabilización financiera para no perjudicar la gestión ordinaria de sus negocios», añade. Eso es lo que ha permitido la nueva ampliación del vencimiento de ese primer tramo del crédito.

Roures había pedido el rescate a la SEPI a cambio de «reflotar la izquierda en Madrid» tras la dura derrota en las elecciones autonómicas, como adelantó OKDIARIO, si bien había rebajado su petición de rescate de 300 a 230 millones para hacerlo más digerible para Sánchez.

Mediapro necesita urgentemente una inyección de capital porque la negativa marcha de su negocio en 2020, pese a recuperar en el primer semestre de 2021, le han dejado sin liquidez para hacer frente a sus compromisos, según la agencia de rating Moody’s. De hecho, ha hundido todavía más su calificación en el ‘bono basura’ al rebajar de Caa1 a Caa2 la calidad de su deuda y a Ca-PD/LD desde Caa1-PD la calificación de probabilidad de incumplimiento, como también informó este medio.