EL RETO DE LA FINANCIACIÓN

¿En qué consiste la pignoración de créditos?

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(Foto: GETTY).

Hay empresas que disponen de activos importantes pero que, en cambio, les cuesta mucho conseguir financiación. Aunque su valor patrimonial es elevado, las entidades pueden ser contrarias a ofrecer crédito porque consideran que su volumen de negocio no es suficiente.

Ahora bien: sin la financiación, la empresa no puede crecer y, por lo tanto, tampoco puede aumentar su volumen. Para superar tal contradicción, existe un instrumento llamado pignoración.

La pignoración de créditos consiste en dejar en prenda cualquier bien mueble que disponga la empresa. Para ello, la compañía debe dejar la propiedad de tal bien a la entidad o a cualquier tercero con el que se realice la operación. De esta forma, éste se asegura la disponibilidad y posesión del bien en caso que el deudor no afronte la deuda contraída. Dicho de otra manera, el obligado pone como garantía de pago el bien.

¿Qué ventajas presenta la pignoración?

Las características que hacen este instrumento atractivo son las siguientes:

  • Seguridad en el cobro de la deuda: en caso que el deudor no cumpla con sus obligaciones, la empresa acreedora puede iniciar los trámites judiciales correspondientes para conseguir en propiedad el bien pignorado. Una vez conseguido, podrá venderlo y así recuperar el importe prestado.
  • No existe la obligación de ejecutar la prenda en caso de pérdida de valor: puede ocurrir que el bien pignorado haya sufrido una depreciación de su valor. En este caso, el acreedor no tiene la obligación de quedárselo en propiedad, sino que puede escoger otras vías judiciales, si así lo considera pertinente, para reclamar el pago.
  • Prohibición de causar daño al bien: en este tipo de contratos existe una cláusula por la cual el obligado no puede transmitir ni provocar ningún daño al bien. De esta forma, se limita la posible pérdida de valor del bien a la obsolescencia, no a un posible mal funcionamiento.
  • Da valor al patrimonio sin necesidad de venderlo: para la empresa que tiene la obligación de pago, es una forma de poder conseguir financiación a través de su propio patrimonio. Consigue, gracias al valor de sus bienes, líquido sin la necesidad de vender nada.
  • Es posible pignorar valores financieros: cualquier saldo en cuenta corriente, depósitos, fondos o valores en bolsa es pignorable. En los primeros casos, la pignoración es por un valor concreto; mientras que en los fondos y valores se pignora un determinado título. Por lo tanto, su valor, a diferencia de los primeros casos, puede sufrir modificaciones.

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