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Giro en los derechos de las empleadas del hogar: nuevas obligaciones a partir de ya

Las empleadas del hogar representan uno de los colectivos más vulnerables en el ámbito laboral. Por décadas, estuvieron excluidas de muchas regulaciones que protegían a otros sectores, perpetuando condiciones de trabajo desiguales y precarias. Sin embargo, la publicación del Real Decreto 893/2024 implica un cambio estructural necesario para corregir esta situación. Este cambio no sólo regula la prevención de riesgos laborales en hogares particulares, sino que también responde al compromiso de España con el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado hace años pero con poca implementación real hasta ahora.

El impulso de esta normativa, liderada por Yolanda Díaz desde el Ministerio de Trabajo, pone el foco en la salud y seguridad de las trabajadoras domésticas, compuestas en más del 90% por mujeres. Además de ser un avance técnico, esta reforma reconoce la necesidad de saldar una deuda histórica con la igualdad de género en el ámbito laboral. Ahora, el marco legal refuerza la posición de estas trabajadoras frente a riesgos y precariedades que antes eran considerados ‘parte de la naturaleza’ del servicio doméstico. De este modo, la entrada en vigor del Real Decreto no sólo amplía los derechos de las empleadas del hogar, sino que establece medidas específicas que elevan la seguridad y dignidad en su entorno laboral. Conozcamos a continuación todos los puntos a los que afecta este cambio y qué beneficios va a traer al colectivo de las empleadas del hogar en España.

Giro en los derechos de las empleadas del hogar

Entre las novedades que llegan para aquellas personas que trabajan como empleada del hogar destacan:

Cómo se aplica el derecho a interrumpir la actividad laboral

El artículo 6 del Real Decreto establece que es obligación del empleador informar sobre los riesgos graves e inminentes que puedan surgir en el entorno del hogar. Si estos riesgos se materializan, las trabajadoras pueden abandonar su puesto de trabajo sin previo aviso para salvaguardar su seguridad. Aunque esta medida es innovadora, también implica un desafío en su implementación, ya que los hogares no son espacios fácilmente supervisables por entidades laborales.

La evaluación de riesgos laborales se convierte en un punto crucial. Sin embargo, muchos empleadores carecen de conocimiento sobre cómo llevar a cabo este proceso, lo que puede ralentizar la plena adopción de la normativa. A pesar de estas dificultades, esta regulación supone un punto de inflexión clave para el reconocimiento de los derechos laborales en un sector que históricamente ha sido marginado.

Prestación por desempleo para las empleadas del hogar

Otro avance fundamental es el acceso a la prestación por desempleo, un derecho que hasta hace poco no estaba al alcance de las empleadas del hogar. Según datos oficiales, más de 13.000 trabajadoras ya están recibiendo esta prestación. Este logro es significativo, pero ha venido acompañado de barreras legales y administrativas que han obligado a muchas trabajadoras a recurrir a los tribunales para garantizar su derecho a poder cobrar el paro en caso de quedarse sin trabajo.

La  ministra de trabajo, Yolanda Díaz ha subrayado que, aunque la normativa asegura este acceso, es necesario reforzar los mecanismos para que las trabajadoras puedan solicitar y recibir la prestación sin trabas. En este sentido, el Gobierno busca una mayor simplificación del proceso, lo que podría servir a muchas mujeres que, hasta ahora, han estado desprotegidas frente a situaciones de desempleo.

Retos y perspectivas de futuro

Aunque el Real Decreto 893/2024 en materia de trabajo para las empleadas del hogar es un avance significativo, los retos para su plena implementación son evidentes. La principal dificultad radica en garantizar que los empleadores cumplan con las nuevas obligaciones, especialmente en entornos privados donde la supervisión directa es limitada. Además, será crucial generar campañas de información y formación tanto para empleadores como para empleadas, asegurando que ambas partes comprendan sus derechos y responsabilidades.

Por otro lado, el acceso a prestaciones como el desempleo requiere ajustes en los sistemas administrativos, ya que muchas trabajadoras aún desconocen este derecho o enfrentan procesos complicados para reclamarlo.

De todos modos, el cambio en los derechos de las empleadas del hogar es un hito que simboliza un avance hacia la igualdad y la dignidad laboral. Sin embargo, será esencial mantener la vigilancia y el compromiso para superar los desafíos y consolidar un marco laboral que realmente proteja a este colectivo.