Fin del culebrón de Isolux Corsán: la empresa se declara en quiebra y el Consejo dimite en bloque

Isolux
El ex presidente de Isolux, Nemesio Fernández Cuesta. (Foto: IESE)

El consejo de administración de Isolux Corsán ha aprobado solicitar el concurso de acreedores para el grupo y seis de sus filiales debido al fracaso en su intento de encontrar un inversor que lo rescatara de la quiebra.

Tras presentar la solicitud el presidente de la firma de construcción e ingenería, Nemesio Fernández-Cuesta, y los seis miembros restantes de su Consejo de Administración han presentado su dimisión con el fin de «facilitar la gestión de la nueva etapa», según han informado a Europa Press fuentes de la compañía.

Santander, Bankia y CaixaBank son los tres principales acreedores y accionistas de la compañía, con un 30% de su capital, repartido entre un total de veinte bancos y sus bonistas.

El concurso de Isolux es el mayor registrado en una constructora de los últimos años y uno de los más importantes de la historia empresarial española junto con los de Martinsa Fadesa, Nueva Rumasa, Pescanova o Reyal Urbis.

Isolux recurre finalmente al concurso al no poder acometer una segunda reestructuración de su deuda apenas un año después de que en julio de 2016 fuera rescatada por sus bancos acreedores, que desde entonces controlan la compañía.

El grupo, estaba en situación preconcursal desde el pasado mes de abril, buscaba un socio que entrara en su capital, inyectara fondos y la reflotase. El grupo no lo ha conseguido, si bien en esta última reunión del actual consejo se han puesto sobre la mesas seis ofertas presentadas por distintos inversores interesados en adquirir algunos activos de la división de construcción e ingeniería de la empresa.

La compañía se declarará en quiebra con un agujero patrimonial de unos 801,9 millones de euros y una plantilla, tras el Expediente de Regulación de Empleo pactado el pasado año, de 3.884 trabajadores. De ellos, los empleados de las firmas del grupo que se declaran en quiebra ascienden a 1.992 personas, 1.104 de ellos, en España.

Para lograr un socio que rescatara la empresa, sus ya ex  gestores, nombrados hace un año por los bancos, habían diseñado un plan de viabilidad, que suponía una liquidación ordenada de la empresa. El objetivo era que la compañía se dividiera en tres sociedades, una de las cuales agruparía los proyectos solventes y con financiación. Esta nueva Isolux iba a ser un 60% inferior a la actual y era la firma donde entraría el nuevo socio.

El resto de los negocios se segregarían en otras dos sociedades, en función de sus distintas necesidades de financiación, para ser liquidadas. Este plan, aprobado por el consejo de Isolux de pasado mes de mayo, no ha contado con tiempo suficiente para ser implementado.

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