Calviño asegura que el crecimiento en 2024 será del 2% mientras el FMI, la UE y los analistas lo desmiente
Calviño contra todos: nadie se cree sus previsiones sobre el PIB en 2024
El Gobierno recorta cuatro décimas su estimación de crecimiento económico para 2024 y la sitúa en el 2%
Una vez más, la ministra Calviño es más optimista que nadie en su previsión de crecimiento del PIB para 2024. El plan presupuestario enviado por el Ministerio de Economía a Bruselas contempla que la actividad seguirá aumentando el año próximo a un ritmo del 2%, cuatro décimas menos de la estimación anterior, pero todavía muy por encima de las previsiones más recientes de las instituciones internacionales y de la mayoría de los servicios de estudios del país, ya sea de entidades financieras o de otras instituciones privadas.
El Fondo Monetario Internacional, que celebró la semana pasada su Asamblea Anual en Marraquech, ha publicado que la economía española crecerá como mucho un 1,7% en 2024, la Comisión Europea tampoco cree que se alcance el 2% y en el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), donde se recogen las estimaciones de las principales organizaciones privadas españolas se puede leer, por ejemplo, que Banco Santander -el más pesimista con diferencia de todos- pronostica un crecimiento del 1,3% mientras la patronal española CEOE lo fija en el 1,4%.
Todas estas instituciones reflejan la franca desaceleración que ya está acusando la actividad en el segundo semestre de este año y contemplan que ésta se intensificará a lo largo del próximo ejercicio como consecuencia de la mala situación por la que atraviesan los principales países europeos -adonde se destina el 70% de las exportaciones españolas-, y en particular de Alemania, cuya economía está prácticamente estancada.
Inesperadamente, y al margen de la persistencia de la guerra de Ucrania, la inestabilidad que se ha desatado en Oriente Próximo tras el ataque sin precedentes de Hamás a Israel y el estado de guerra declarado por el Gobierno de Tel Aviv aumenta los riesgos geopolíticos, puede empujar todavía más al alza el precio del petróleo y amenaza con detener progresivamente la actividad, complicando las previsiones de Calviño sobre el PIB.
El Departamento de Economía reconoce que uno de los principales riesgos para el escenario macroeconómico es un mayor efecto sobre el crecimiento europeo de la restricción monetaria -los tipos de interés llevan subiendo ininterrumpidamente desde junio del año pasado, y es posible que todavía aumenten en diciembre-. Pero a renglón seguido -y sin aportar prueba consistente alguna-, asegura que la coyuntura española está manteniendo una mayor resiliencia al shock monetario que el resto de países.
«Si la desaceleración europea se agudiza podría afectar negativamente a la demanda externa de bienes y servicios españoles. Conviene destacar que, tradicionalmente, las exportaciones españolas han sido muy elásticas a la evolución del PIB europeo, debido al elevado componente pro cíclico de los principales productos de exportación: automóviles y servicios turísticos. Sin embargo, la mayor diversificación de la cesta de exportaciones, en la que ganan peso servicios no turísticos como los TIC o actividades profesionales, podrían dotar a la economía española de una mayor resistencia frente a una desaceleración o contracción económica en la zona euro.
Inflación y paro
El segundo riesgo, a su juicio, es un rebrote de las presiones en los precios de la energía en un entorno geopolítico complejo. El reciente incremento en los precios del petróleo y del gas vuelve a evidenciar que los costes energéticos se mantienen en una situación de volatilidad que puede afectar a la actividad y retrasar la vuelta de la inflación al objetivo a medio plazo, debilitando las estimaciones de Calviño sobre el PIB.
Otro de los hechos más sorprendentes del plan presupuestario enviado de Bruselas es la evolución del mercado laboral. Según el Ministerio de Calviño, en el periodo 2023–2024 se crearán más de 700.000 empleos a tiempo completo y la tasa de paro se situará por debajo del 11 por ciento. De acuerdo con sus conclusiones, el mercado laboral mantendrá su dinamismo también en 2024, situando el empleo a tiempo completo cerca de los 20 millones. Además, el desempleo continuará reduciéndose en 2024 hasta situar la tasa media de paro por debajo del 11 por ciento, a pesar del importante incremento de la población activa que se situará en torno a los 24 millones de personas en 2024.
La mayoría de los expertos, sin embargo, desconfía abiertamente de estos vaticinios y alerta de que, dada las deficiencias estructurales del mercado laboral, será muy improbable reducir la tasa de paro con un crecimiento que, en su opinión, será inferior al 2%. Aseguran que la evidencia empírica enseña que por debajo de esta tasa de aumento de la actividad no se generan nuevos puestos de trabajo, y que lo más probable es que se destruyan, dado el aumento creciente de costes que padecen las empresas, de manera especial el incremento de los costes laborales unitarios, por la vía de impuestos, cotizaciones sociales y salarios al alza.
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