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Brufau, presidente de Repsol: «Si Europa fuera un ordenador, habría que apagarlo y volverlo a encender»

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha vuelto a atacar con dureza las políticas españolas y europeas que están acabando con la industria en el continente: «Si Europa fuera un ordenador, habría que apagarlo y volver a empezar», ha llegado a decir para ilustrar que hay que olvidarse de todo lo que se ha hecho hasta ahora y empezar de nuevo.

«Europa se ha focalizado en sostenibilidad. Debería haber sido prioritario proteger la industria, pero no lo ha sido y la ha debilitado. Sin industria, la región no es fuerte. En 2010, Europa tenía un peso del 22% en la economía del planeta frente al 22,5% de Estados Unidos; en 2023, Europa ha bajado su peso al 17,5, mientras que EEUU ha subido al 26%. Esto no se explica sólo por el crecimiento de China», ha explicado el presidente de Repsol.

A su juicio, el declive de Europa se debe a tres factores fundamentales: la pérdida de la batalla tecnológica; la «desventaja competitiva brutal» en los costes de la energía, que son tres o cuatro veces más altos en Europa que en EEUU; y la dependencia, que se ha evidenciado con el gas ruso pero que también se aprecia en la industria de defensa o en los minerales críticos.

Así, Brufau ha puesto algunos ejemplos de extremos «ridículos» a los que está llegando Europa, como reducir las emisiones en Europa para aumentarlas en EEUU y China; la prohibición del motor de combustión en 2030 -que siempre ha criticado Repsol y que está provocando el cierre de fábricas en Europa para abrirlas en Asia-; o potenciar la industria militar norteamericana comprando armas para usarlas en Europa.

El presidente de Repsol también ha criticado duramente el exceso de regulación y de burocracia en Europa: «La regulación es una barbaridad, regulamos todo, es todo burocracia. Y las normas no tienen valoración económica. La industria necesita estabilidad, no podemos estar cambiando continuamente porque alguien decide cambiar sin calcular los costes».

En ese sentido, ha pedido «pragmatismo, que hagamos cosas que son factibles. Que reflexionemos sobre el PNIEC (Plan Nacional Integral de Energía y Clima), que tiene objetivos imposibles de cumplir como empezar a vender coches eléctricos mañana para llegar 5,5 millones en 2030. No podemos dejar de emitir CO2, lo que hay que hacer es compensar las emisiones. Y el hidrógeno no va a llegar mañana, estamos sustituyendo una energía necesaria, el gas natural, por otra que no existe aún».

Hereu pide más dinero

En un evento organizado por la Fundación Repsol, el ministro de Industria, Jordi Hereu, ha reconocido que la industria es necesaria desde un punto de vista político para mantener el modelo social europeo actual. No obstante, ha insistido en que no se deben rebajar los objetivos de sostenibilidad y de transición ecológica, porque, a su juicio, son la clave para impulsar la economía europea.

Sí ha reconocido que lo que hay que hacer es «poner más sentido común» a esos objetivos. Y eso en la práctica se traduce en que los grandes países europeos pongan más dinero para financiar dichos objetivos, en línea con el discurso de Pedro Sánchez de pedir más recursos europeos para España a pesar de haber recibido (y no repartido) los Fondos Next Generation.

«Necesitamos más Europa. Hay que poner en común el esfuerzo financiero, si vamos a la renacionalizar, Francia y Alemania ponen el 77% del esfuerzo de ayuda pública. Si se lo quedan ellos, no llega apenas nada a los demás. Hay que vehicular ese esfuerzo en toda Europa», ha asegurado Hereu.