BBVA pierde 2.000 millones en Bolsa en pocas horas por la incertidumbre sobre su filial en Turquía
BBVA se ve sacudido una vez más por Turquía, donde el sábado cambiaron súbitamente los acontecimientos con una cacicada del presidente del país, Recep Tayip Erdogan, que ha afectado al mercado.
El desplome de las divisas de Turquía y Latinoamérica lastra en 14.000 millones el patrimonio de BBVA
Una nueva cacicada del presidente de Turquía Recep Tayip Erdogan sacude a BBVA este lunes, dejándolo como el peor banco del Ibex y el peor valor en general de todo el selectivo junto con IAG. BBVA está perdiendo a las 14 horas del lunes 22 de marzo casi 2.000 millones (nada menos que 1.932 millones de euros) de capitalización respecto al viernes 19, cuando el banco vasco se las prometía muy felices después de que el Banco Central de Turquía subiera los tipos de interés desde el 17% hasta el 19% para evitar el aumento de la inflación.
De hecho, este pasado viernes BBVA valía en Bolsa 31.192 millones de euros con un precio por acción de 4,67 euros. No obstante, el sábado el guión cambió y Erdogan cesó fulminantemente al presidente del Banco Central de Turquía, Naci Ağbal, y nombró a Şahap Kavcıoğlu como nuevo delegado de la política monetaria del país. El argumento dado por el autócrata turco es que no estaba satisfecho con la subida de tipos de interés.
Con la caída superior al 6% de este lunes, BBVA pierde los 30.000 millones de capitalización que tanto le había costado recuperar
Una vez que se ha abierto el mercado este lunes, los inversores no han recibido de buen grado esta decisión unilateral del presidente turco, y pegan un golpe a BBVA hasta los 4,37 euros, con lo que la capitalización del banco pierde los 30.000 millones y se queda en 29.260 con los precios actuales (BBVA cayendo un 6,5%). Hay que tener en cuenta que BBVA es uno de los bancos importantes en Turquía con su control de Garanti Bank, su filial controlada al 49,9%.
El sentimiento de muchos inversores es que el cambio de presidente del Banco Central de Turquía no supondrá un cambio en la política monetaria del país -el propio Kavcıoğlu se reunió este domingo con los responsables banqueros para tranquilizarlos y dejarles claro que habrá continuidad en la política monetaria-. Sin embargo, lo inversores son enemigos de la incertidumbre y eso es precisamente lo que se ha generado en Turquía. La sensación de que un líder político omnímodo puede hacer lo que quiera con los tipos de interés del país, de los que depende la gran parte del negocio merced a su margen financiero, no ayuda para nada.
Reunión con los bancos
Este mismo domingo, el nuevo presidente del banco central turco mantuvo una reunión por videoconferencia con responsables de los principales bancos del mercado del país eurasiático, siendo uno de los principales BBVA que gana 563 millones de euros en el país, muy cerca de los beneficios en el mercado español.
En esta reunión, el nuevo dirigente más afín a Erdogan señaló que el control de la inflación es la prioridad absoluta de la institución y por tanto del gobierno de Ankara. Es por eso que resulta más llamativa la reacción de Erdogan con su anterior presidente del banco central, ya que el movimiento de subida de tipos de interés tenía como objetivo primordial precisamente la subida de la inflación.
Las palabras de Kavcıoğlu son las que los mercados querían escuchar, tal y como refleja la prensa otomana: «Crear las condiciones necesarias para un crecimiento sostenible que aumente la inversión, la producción, las exportaciones y el empleo. De acuerdo con los principios de transparencia y previsibilidad». Sin embargo, estas palabras no coinciden con los hechos.
BBVA en Turquía
Un país como Turquía es altamente imprevisible para BBVA, lo que hace de su inversión en el país, realizada en noviembre de 2010 por el ex presidente Francisco González, una auténtica ‘ruleta rusa’. Por un lado, es un mercado de alta rentabilidad merced a sus tipos de interés, con ese citado 19% de interés que contrasta con el 0% de precio del dinero que existe en la zona euro. Erdogan explota la vieja fórmula de imprimir dinero para inyectarlo en la economía, lo cual favorece a la banca del país.
Pero por otro lado, se trata de un mercado donde existe gran inestabilidad política y unos líderes capaces de echar por tierra en unas horas el trabajo de años, como demostró el populista e islamista Erdogan el sábado. BBVA está en muchos mercados de este tipo, como por ejemplo Venezuela, Argentina o México.
La caída de las divisas en mercados emergentes hace por tanto que el banco vasco se vea continuamente dañado, especialmente en su patrimonio, tal como contó este periódico hace escasas semanas en base al balance del BBVA en 2020.
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