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Economía

Alerta económica: cuatro factores externos que tiraban de España y amenazan con abandonar a Sánchez

El debilitamiento de las exportaciones que ha quedado fotografiado en el último dato del PIB trimestral publicado este martes ha encendido las alarmas sobre si los vientos de cola que venían impulsando el crecimiento de la economía española podrían tornarse en una tormenta incómoda para la recuperación.

La buena marcha de la economía global, impulsada por Estados Unidos, los estímulos del Banco Central Europeo (BCE), el euro barato y el bajo precio del petróleo fueron factores que acompañaron a Mariano Rajoy en su tarea de impulsar la economía española. Sin embargo, esos factores podrían desaparecer en el medio plazo, en el que un Gobierno del PSOE en minoría gobernará con un discurso de gasto social y aumento de impuestos que no gusta nada a los mercados.

Esa pérdida de fuerza del viento que venía tirando del barco de la economía española podría marcar la evolución del crecimiento en la segunda parte del año, en la que el PIB crecerá a menor ritmo que hasta ahora, según anticipan los expertos.

Estancamiento europeo

De momento, la menor aportación de la demanda exterior al PIB y la caída de las exportaciones que confirmó la contabilidad nacional este martes demuestra que la situación económica de los países de nuestro entorno no va a ayudar España en los próximos meses.

El 60% de las exportaciones del mercado español tienen como destino países europeos. «Ese fuerte peso de las exportaciones de la Unión Europea hace que el estancamiento de países como Francia o Alemania se esté notando en la evolución de la economía española», explica a este periódico el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle.

En lo que respecta al comercio fuera de Europa, la caída del euro que se produjo en el mes de abril y terminó de debilitar la moneda única en mayo debería haber impulsado los datos. Pero tampoco fue suficiente, como demuestran los citados números.

Fin de los estímulos

La evolución de la moneda única está muy ligada a la política monetaria del BCE, que en los próximos meses dará un giro hacia posiciones menos acomodaticias -con retirada de estímulos y subida de los tipos de interés- si se cumple el plan avanzado ya por su presidente, Mario Draghi.

Como explica este miércoles en OKDIARIO el analista Eduardo Bolinches, España se ha vuelto fuertemente dependiente de los estímulos de Fráncfort que en los próximos meses se irán retirando y repercutirán en los costes de financiación de la deuda pública española, que en junio marcó otro récord histórico.

Un cambio en la política monetaria que preocupa menos al analista financiero, Juan Ignacio Crespo, que augura que «mientras el BCE renueve los vencimientos, el shock en los mercados de deuda tampoco será terrible».  Prueba de ello es que el bono español a 10 años sigue con una rentabilidad de entre el 1,25 y 1,30%, a pesar de la reducción de compras que ya ha ido produciéndose.

Subida del petróleo

Más preocupa a Crespo una más que posible subida del precio del petróleo que pueda golpear a una economía como la española, con un modelo de energía con fuerte dependencia del exterior. Bancos de inversión, como Morgan Stanley, ya sitúan el Barril de Brent en 85 dólares a la vuelta de verano.

Ese aumento del precio del crudo tendrá un impacto directo sobre las empresas y la economía doméstica que también se ha frenado a juzgar por los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en los que queda plasmado que el consumo interno también se está resintiendo.

Estados Unidos

Son datos que preocupan y obligan a tener las alertas encendidas ante movimientos como el que pueda anticipar la Reserva Federal de Estados Unidos en su reunión de este miércoles.

La primera economía del mundo sigue creciendo con fuerza y en el segundo trimestre avanzó un espectacular 4,1%, lo que supuso el mejor dato en cuatro años. No obstante, ya acumula más de 121 meses en tasas positivas, «su mejor racha en más de 160 años», subraya Crespo. Una situación que obliga a preguntarse hasta cuándo aguantará ese ritmo de crecimiento.

Para sostenerlo, Trump podría impulsar una nueva bajada de impuestos, justo lo contrario de lo que plantea en España el Gobierno español, que pretende asentar su agenda económica en medidas impositivas para que empresas y bancos tributen más por su actividad.