El Real Madrid–Bayern de Múnich de vuelta de las semifinales de la Champions League está arbitrado por el árbitro polaco Szymon Marciniak. El colegiado, considerado el mejor de Europa, ya pitó el pasado año en encuentro entre los blancos y el Manchester City en el Etihad, en el que los de Ancelotti cayeron por 4-0, y la final en la que los de Guardiola se proclamaron campeones. Además de su función como juez sobre el césped, Maciniak hace sus pinitos como boxeador.
El colegiado que está al frente del encuentro que se disputa este miércoles en el Santiago Bernabéu dedica sus ratos libres a dos hobbies: el boxeo y el kickboxing. Como amante de la lucha, Marciniak ha publicado en diversas ocasiones varios vídeos en los que se le ve practicando sus dos aficiones sobre el ring.
Ahora, es el encargado de arbitrar el duelo entre los madrileños y los muniqueses, todo un Clásico de Europa en el que estará en juego la plaza vacante en la final de Wembley. En el Bernabéu se decidirá cuál será el equipo que se medirá contra el Borussia Dortmund el próximo 1 de junio en Londres por el título de campeón de Europa. El mítico estadio de Londres será la sede de la final de la Champions League, donde el polaco es también uno de los candidatos a estar.
De hecho, el pasado curso, Marciniak fue el encargado de pitar la vuelta de las semifinales de la Champions League entre el Real Madrid y el Manchester City y, después, fue quien arbitró la final que midió a los de Guardiola contra el Inter de Milán en Estambul. Por tanto, de cara a la final, no se podría descartar que el que está considerado por UEFA como el mejor árbitro del continente, sea el encargado de arbitrar la de la presente edición.
Marciniak, un colegiado polémico
En los últimos años, la polémica ha rodeado a Szymon Marciniak, no sólo por sus actuaciones en el césped, también fuera de él. El año pasado, poco después de conocerse que pitaría en Estambul el Manchester City-Inter de Milán, corrió serio riesgo de ser suspendido y apartado por la UEFA. El motivo no fue otro que acudir a una concentración en su país que estaba organizada por un partido ultra, con posturas xenófobas, homofóbicas, racistas y antisemitas.
Marciniak acudió a un acto organizado por la extrema derecha polaca. La manifestación, llamada Everest, tenía como principal ideólogo a Slawomir Mentzen, líder del partido ultra Konfederacia. Su presencia allí fue desvelada por la televisión de su país y, tras hacerse eco la prensa italiana, se puso en riesgo su presencia en la final.
Finalmente, tuvo que pedir disculpas por acudir y alegó que desconocía quién era el que organizaba la manifestación. Además, negó cualquier tipo de afiliación al partido de extrema derecha que lo organizaba. La UEFA, contraria a que se relacione a cualquier persona que tenga que ver con la entidad con la política, tomó por válidas sus explicaciones y mantuvo la designación.
