Mauricio Pochettino vuelve a cruzarse en el camino del Real Madrid. Lo suyo es una eterna cita de First Dates en la que ambos pretendientes se dan el sí pero nunca llegan a la segunda. El técnico argentino, uno de los preferidos de Florentino Pérez para sentarse algún día en el banquillo del Bernabéu, ha visto cómo el tren del Madrid pasaba un par de veces por su estación sin poder subirse. Ahora, sentenciado en el PSG y con una oferta del United para volver a la Premier, busca reivindicarse en el mejor escaparate del mundo: la Champions.
El Real Madrid y Pochettino están acostumbrados a que el destino les empareje y les divorcie en una suerte de amor tan correspondido como (hasta ahora) imposible. El técnico argentino enamoró a la cúpula del club blanco con su trabajo al frente del Espanyol. Gustaba (y gusta) su carácter, su liderazgo, su fútbol valiente y sin complejos y sus mensajes, tan educados como contundentes, en la sala de prensa. Y encima le metió mano varias veces al Barcelona en los derbis.
Un día Pochettino dijo una de esas frases que cualquier madridista de bien podría llevar prendida de la solapa: «Antes me vuelvo a trabajar a mi granja de Argentina que entrenar al Barça». Vamos, antes granjero que culé. Aquella declaración de intenciones cuando estaba en el Tottenham y era el entrenador de moda en la Premier, encandiló a la cúpula del Real Madrid, que pensó: «Ahí tenemos un entrenador».
Flechazo con Pochettino
Y fue precisamente en aquel verano de 2018 cuando Pochettino estuvo más cerca que nunca de fichar por el Real Madrid. Zidane dio la espantada tras ganar su tercera Champions consecutiva en Kiev y Florentino Pérez movió ficha por Poche. Pero se topó con Daniel Levy, que se cerró en banda a dejar salir al entrenador que había llevado al Tottenham a las puertas de la Premier y a la final de la Champions.
Lo de Pochettino y el Real Madrid se quedó entonces en un idilio interruptus. Lo que ocurrió luego ya lo saben: Lopetegui el breve, el retorno del hijo pródigo Zidane y la llegada, más por casualidad que por convicción, del sexagenario Ancelotti. Ahora precisamente Carletto se verá las caras con Pochettino en un duelo de banquillos que puede marcar no sólo la eliminatoria entre el PSG y el Real Madrid sino también, quién sabe, el futuro de ambos.
