Marco Asensio está haciendo méritos para resolver la eterna duda de Carlo Ancelotti. El entrenador del Real Madrid no acaba de decidir quién debe ser el que ocupe la única plaza disponible del once del conjunto madridista. En la competencia que guarda con Rodrygo y, en menor medida, con Hazard y Bale, el balear ha dado un paso al frente. Efectivo y por momentos decisivo, el atacante madridista ha conseguido dar un giro radical a la situación en la que comenzó la temporada.
No es ni mucho menos el que más juega y, aún así, es ya el tercer máximo goleador del equipo este curso. Siete goles en 21 partidos –tres de ellos en sus últimos cuatro encuentros– confirman el buen momento que vive Asensio. Con unos números que no dejan lugar a dudas, el atacante ha tomado ya la delantera al resto de sus compañeros en la pelea por ser el extremo derecho preferido del técnico.
Ante el Alcoyano volvió a ver puerta, salvando al conjunto blanco de repetir el batacazo del pasado curso en la Copa del Rey. Asensio apareció una vez más como el revulsivo perfecto para los madridistas, con un gol que cambió el transcurso de la eliminatoria y ayudó a encarrilar la clasificación para los octavos que momentos después Isco certificó, con ayuda del portero.
El gol marcado ante el modesto equipo alicantino supuso el séptimo en su cuenta particular en lo que va de temporada, igualando los que ya hizo la pasada campaña, en la que sumó el triple de minutos de los que lleva ahora. Su excelente golpeo y su enorme efectividad le permiten sumar cinco goles más que Rodrygo –que ha jugado más que él– y, evidentemente, superar los registros goleadores de Bale –uno– y de Hazard, que aún no ha visto puerta.
Reivindicación tras su enfado
En los últimos encuentros, hemos visto a Marco Asensio sonreír a consecuencia de sus goles, pero al comienzo del curso su situación era bien distinta. El mallorquín no estaba entonces satisfecho con las oportunidades que le concedía Ancelotti, hasta el punto de plantearse salir del club en busca de los minutos de los que carecía en el mercado invernal. Ahora, su situación es bien distinta.
El enfado del jugador por el poco peso que tenía en el equipo, sirvió para que Ancelotti provocase su reivindicación. Suplente en los cinco primeros encuentros de la temporada, apareció ante su Mallorca para golearle con un hat-trick que hizo virar su situación. Desde entonces, su rendimiento fue intermitente, pero fue contando cada vez con más minutos, aprovechando además la lesión de Rodrygo para ganarse el puesto.
Después llegó un gol ante el Granada en la jornada 14 que era simplemente un anticipo de lo que venía. El extremo madridista acabó el año de la mejor manera posible, con dos goles decisivos ante Inter y Atlético, antes de dar positivo por coronavirus. Una vez superada la enfermedad, ha demostrado que su rendimiento no ha decaído. Ante el Getafe disputó sólo la primera parte, en un mal partido global de todo el equipo. Suplente frente al Alcoyano, donde fueron de la partida los menos habituales, apareció en un momento delicado para meter a los blancos en los octavos de final.
A base de goles ha dado motivos a Ancelotti para ser la opción de mayores garantías para ser el elegido en el ataque como compañero de Vinicius y Benzema en los próximos encuentros. El conjunto blanco afronta un momento clave en la temporada, con la Supercopa a la vuelta de la esquina y con la obligación de mantener el liderato y la renta de puntos, y Asensio se presenta como un jugador capaz de ser determinante para salvarlo con éxito.
