Unicaja Málaga se hizo con la primera Supercopa Endesa de su historia, derrotando al Real Madrid en la final del Palacio de los Deportes de Murcia (80-90). Los de Ibon Navarro se escaparon en un primer cuarto apoteósico y aunque los blancos llegaron a estar uno abajo, la losa fue demasiado pesada para alzarse con su séptimo título consecutivo. Kameron Taylor (22 puntos) y Yankuba Sima (14), los más destacados del conjunto malagueño, frenando las buenas actuaciones de Facundo Campazzo (19), Sergio Llull (12) y Gaby Deck (13).
Aviso de altura para un Real Madrid en construcción que volvió a sucumbir ante su rival maldito. Se requiere cuanto antes la adaptación de los nuevos, que se enganchen los de siempre y que se recupere Mario Hezonja, que no disputo el duelo por un proceso febril. Con todo ello, triunfo de mucho mérito de Unicaja, demostrando que su liderato de la última Liga no fue simple casualidad.
Chus Mateo no lo guardó más e hizo debutar a Usman Garuba (6 puntos) de inicio y junto a él el quinteto compuesto por Campazzo, Xavier Rathan-Mayes, Dzanan Musa y Walter Tavares. Ante la atenta mirada de Rudy Fernández y el Chacho Rodríguez, el Madrid comenzó errático en ataque con cuatro pérdidas que aprovecharon entre Sima, Taylor, Perry y Osetkowski para el 0-10. El técnico madrileño lo paró con un enfado monumental tras un arranque heroico de Unicaja, pero no introdujo ningún cambio.
La sangría seguía y la entrada de Alberto Abalde y Deck le cambió la cara al Real Madrid en defensa, pero aun así Unicaja acabó el primer cuarto mandando sobradamente en el marcador (19-32). Los malagueños habían alcanzado una máxima de +17 y los blancos igualaron fuerzas en el segundo cuarto con la aparición de Llull y el sacrificio de Serge Ibaka un día más. Dominio claro de los de Chus Mateo en el segundo parcial y de no ser por la canasta sobre la bocina de Taylor habrían recortado hasta el -2 al descanso (45-49).
Los árbitros decantan la final para Unicaja ante el Real Madrid
Nuevo apagón del Real Madrid en el tercer cuarto, sin argumentos ante un Unicaja que se lo estaba creyendo de verdad, pero Campazzo acudió al rescate con ocho puntos antes de sentarse. Por él entró Andrés Feliz, que sacudió al equipo con cuatro puntos en dos minutos y dejar un escenario inmejorable de cara al último parcial (63-68). Los blancos, que no habían estado por delante, se iban cargados de moral al asalto final de la Supercopa.
La reentrada de Garuba le dio al Madrid un extra de fuerza en el aro, decisivo para el tiempo muerto de Ibon Navarro (68-72 a 6:16). Llull ponía a los suyos a un punto, pero dos triples seguidos –uno de Kalinoski y otro de Taylor– le volvían a poner las cosas muy complicadas a los de Chus Mateo (73-80 a 3:07).
Las revisiones arbitrales alargaron la agonía blanca en los últimos dos minutos de encuentro. La final murió con una injusta falta de Campazzo a Alberto Díaz en ataque que era un 2+1, pero que acabó convirtiéndose en la sentencia de Unicaja con un triple de Kalinoski en los segundos finales. Primera Supercopa para los malagueños y un necesario toque de atención para el Real Madrid, que arrancará la Liga Endesa el próximo domingo a las 18:30 contra el Leyma Coruña.