MUNDIAL DE CLUBES: REAL MADRID 2-1 AL JAZIRA

Bale evita el infarto

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Bale celebra el 2-1 del Real Madrid. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Bale evitó el infarto. No el suyo sino el de todo el madridismo, que vivió el partido –a ratos monólogo, a ratos sainete, a ratos esperpento– al borde de un ataque de nervios. El Real Madrid pudo hacer unos 15 goles sin exagerar, pero los falló como si fuera una caja de rotuladores: de todos los colores. Se adelantó el Al Jazira al filo del descanso, igualó Cristiano en la reanudación y el galés, que había salido un minuto antes por un desesperante Benzema, dio a los blancos el gol del pase a la final del Mundial.

Zidane no se fiaba de la presunta debilidad del Al Jazira y ponía un equipo puede que no de gala, pero sí de garantías. No estaba Sergio Ramos, porque más vale prevenir, y también descansaban Kroos y Carvajal. El resto, los intocables de Zizou, su guardia de corps. Porque un Mundial es un Mundial y porque una eliminación del Real Madrid podría suponer una crisis de proporciones bíblicas.

Repasemos el once. Keylor bajo los palos, porque en lo que llega Kepa no hay quien le discuta el puesto. En defensa jugaban Achraf, Nacho, Varane y Marcelo. El mediocampo era para Casemiro, Kovacic, Modric e Isco. Arriba Cristiano Ronaldo y Benzema. El equipo resonaba potente como los bafles del coche de un pastillero. El césped dictaminaría si el Real Madrid distorsionaba en Abu Dabi o hacía buenos los pronósticos con una goleada autoritaria como el grito de un sargento.

De salida se cumplió el guión previsto igual que en un capítulo de Cuéntame. Dominó el Real Madrid y se atrincheró el Al Jazira para guardar su área con el celo de quien guarda un billete de 500 euros. Atacaban por dentro los de Zidane tirando paredes como si fueran albañiles. Cristiano se asomó al gol a los tres minutos con un disparo de media distancia que se perdió desviado.

Asedio blanco

Y repitió en el 5 con un cabezazo picado de Cristiano que despejó con tanta eficacia como falta de estilo Ali Kasheif. Y en el 6 otra vez Cristiano en un cabezazo que rechazó de nuevo el meta. Y en el 7 Modric con un tiro lejano que tocó el meta y se estrelló contra el palo. Resumo: tres ocasiones clamorosas del Real Madrid en un decir amén.

Los de Zidane se empeñaron entonces en perdonar la vida al Al Jazira y todos los jugadores se higuainizaron. A Cristiano se le volvió a ir un mano a mano al filo del minuto 10. Parecía un chiste que el Real Madrid no hubiera marcado. Y otra en el 11 que sacó el meta con los pies. Se hizo luego el lesionado un rato, quizá para que su equipo recuperara el aliento.

Nunca lo hiciera. El Real Madrid atacó aún más rápido y con más insistencia, así que tuvo que volar en el 15 para sacar un cabezazo de Benzema. Perdonen si no les relato todas, pero tendrían que crecerme varios miembros más –brazos, preferiblemente– para poder recitar tantas ocasiones como creaba el equipo de Zidane.

El primer centro al área del Al Jazira demostró que el Real Madrid tiene que fichar a Kepa si puede ser hoy, mejor que mañana. Y luego Ali Khaseir volvió a marcarse otro paradón monumental a Modric en el 20. El meta del Al Jazira era una versión de color de De Gea. A la vigésima marcó el Madrid, pero el gol de Benzema fue anulado por falta previa de Cristiano Ronaldo.

El gol del VAR… que no fue

Y a la media hora llegó la hora de irse al VAR. Casemiro marcó tras un centro de Isco, el árbitro lo anuló, luego lo dio, luego le llamaron los del VAR, habló un rato con ellos como si hablara con su cuñao y, un minuto después, se fue a un monitor, vio la jugada y lo anuló. Por cierto, mal anulado, porque Casemiro no estaba en fuera de juego y no hubo falta de ningún tipo. Así que nada, el Real Madrid se quedó compuesto y tangado por el VAR.

El esperpento y las pérdidas de tiempo ordenadas por Ten Cate (escuela del Barça) empezaron a cabrear hasta al árbitro, que estaba desbordado por los acontecimientos como el camarero de un chiringuito de playa en pleno agosto. El partido empezó a ser un sainete al que los jugadores del Al Jaziera contribuían de una forma casi cómica.

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Romarinho bate a Keylor Navas. (AFP)

En el 41, cuando parecía que el sainete no podía ir a peor, lo fue. Un mal despeje de Nacho cayó a los pies de un jugador del Al Jazira. La pelota era dividida, pero Achraf se arrugó y le entró miedo, no la disputó y el balón cayó en los pies de Romarinho, que sólo tenía que tirar a portería para que fuera gol. Lo hizo, Keylor se tiró tarde –NO ES CULPA SUYA EL GOL– y la pelota se coló en la red. Al Real Madrid le tocaba remontar por obligación y por decencia.

Lo que el VAR te quita, el VAR te da

Y se fue a por la remontada en la reanudación. Pero se encontró con el 0-2 después de un córner en el que todo el Real Madrid estaba mal colocado. Achraf volvió a atacar mal la pelota y el Al Jazira marcó. Menos mal que Boussoufa estaba en fuera de juego por un centímetro y esta vez el VAR sí que funcionó bien.

Encima el portero Al Kasheir tuvo que retirarse del campo y entró en su lugar el suplente. Y poco tardó Cristiano Ronaldo en batirle. Recibió una pelota en el área, se giró y se sacó un disparo seco que se coló en la meta del Al Jazira. El meta suplente era una especie de Keylor: un tiro a puerta, un gol.

El gol no calmó las prisas del Real Madrid por seguir marcando. Ataques y ocasiones se sucedían y el Al Jazira buscaba un paraguas gigante para capear el chaparrón. Falló (por supuesto) Benzema, que disparó al muñeco ante Al Senaani. Pues igual, además de un portero, al equipo blanco le hace falta un delantero también. Opinión que ratifico después de que Karim rematara al palo en otra clamorosa ocasión.

Contrarreloj y decisivo Bale

Zidane metió a Lucas Vázquez y Asensio por Kovacic e Isco. El Real Madrid tenía 22 minutos más el alargue para hacer un gol, pero al ritmo de las ocasiones podría ser media docena. Benzema falló otra al rematarse contra su propia pierna y estrellar el balón contra el poste. Se desesperaba y nos desesperaba a los demás.

Se sucedían las ocasiones como los villancicos en Nochebuena. Pero no marcaba el Real Madrid y ya estábamos en el 76. El Al Jazira ya defendía con todos los jugadores metidos en su área. Y entonces Zidane fue con todo: retiró del campo al fallón Benzema y metió a Gareth Bale. Y el galés marcó en la primera que tocó. Fue un centro de Lucas Vázquez y Bale sólo tuvo que hacer lo que no supo hacer Karim: colocar bien el pie y empujarla.

Era el 81 y por fin remontaba el Real Madrid. Bale volvía a demostrar que se le caen los goles y que, si la salud le respeta, tiene que ser titular en este equipo. Benzema quedaba retratado. Pasaron los minutos finales, el Madrid durmió la pelota y se aseguró con un sufrimiento inmenso el pase a la final del Mundial de Clubes, en la que se medirá ante el Gremio brasileño, pero eso, señores, eso ya será otra historia.

 

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