Deportes

«Nos va a servir de rodaje para Mestalla y San Mamés»

El Real Madrid genera envidia allí por dónde va. Ser el Rey de España y de Europa -por lo que fue considerado el mejor club del siglo XX- es el motivo por el que siempre es recibido en los estadios que visita como si lo hiciera al infierno.

Sin embargo, hay plazas señaladas en las que la rabia aumenta. Ya lo vimos anoche en El Sadar en el que ésta se trasladó a los jugadores de Osasuna con entradas de mucha dureza, como demuestran las 10 faltas cometidas por las ocho de madridistas.

En el terreno de las tarjetas también ganaron los locales por tres a dos, como se demostró desde el principio con una amarilla a Fuentes por una falta muy peligrosa sobre Cristiano cuándo tan sólo habían transcurrido nueve minutos de partido.

«Nos va a servir de rodaje para Mestalla y San Mames», dicen en el vestuario del Real Madrid tras lo visto ante Osasuna, que tuvo su capítulo más grave con el pisotón de David García sobre Danilo que le hizo abandonar el campo dolorido.

Las tres citadas cartulinas pudieron ser más si Iglesias Villanueva, el árbitro del encuentro, no hubiera birlado dos penaltis clamorosos al conjunto blanco que obviamente se quedaron sin más castigo.

Las batallas de Mestalla y San Mamés

Los estadios de Valencia y Athletic Club respectivamente no son precisamente lugares dónde el conjunto blanco sea recibido por todo lo grande. La plantilla merengue lo sabe y lo asume, pero no tiene miedo a la dureza que empleen sus rivales.

En Mestalla, el propio Zinedine Zidane sabe cómo se las gastan. El ahora entrenador del Real Madrid debutó como jugador la noche del 25 de agosto de 2001 en un ambiente de crispación por el polémico fichaje de Mijatovic, la final de la Champions en París y los continuos cruces de declaraciones. Albelda se pegó como una lapa al francés y avasalló a patadas con el permiso de López Nieto, el entonces colegiado del encuentro,

Mientras en San Mamés, Cristiano es el que conoce lo difícil que es jugar allí. Hace unas temporadas fue expulsado después de entrar en las provocaciones de los jugadores rojiblancos que terminaron por desquiciarle.