«Negreira y algunos empleados del Barcelona montaron la estafa durante años»
El ex árbitro Juan Ansuátegui Roca habla sobre su experiencia con Enríquez Negreira y su opinión sobre el caso
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Siguen saliendo nuevas informaciones sobre el Caso Negreira, éstas de personas que vivieron de cerca y desde dentro todo el proceso. Hablamos del ex árbitro internacional Juan Ansuátegui Roca que habla sobre cómo era José María Enríquez Negreira, su percepción de toda la bomba que ha estado ahora en torno a los pagos del Barcelona y ese «paripé» que a su juicio tenía montado el colegiado y posterior vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros.
Ansuátegui coincidió durante tres temporadas como compañero de Enríquez Negreira luego durante casi diez temporadas cuando éste último asumió el cargo de vicepresidente. El castellonense tiene muy claro qué tipo de personas era: «Nunca me pareció una persona fiable, ni seria. Nunca tuve buena relación con él. Era un fantasma».
«Me parece increíble que alguien pagara por eso. La información que podía darle Negreira eran estadísticas que estaban a disposición de cualquiera. Creo que un sinvergüenza vendió humo y unos idiotas se lo compraron. Además, a precio de oro, porque no lo pagaban de su bolsillo. Entre Enríquez y algunos empleados del Barcelona montaron la estafa durante años», explica sin tapujos Ansuátegui, que no tenía ningún tipo de dudas sobre quién de los altos cargos del CTA en su época podría tener algún chanchullo así. «Si a mí me hubiesen preguntado entonces quién de los cuatro podía haber entrado en un chanchullo de este tipo, hubiese acertado seguro», apuntó.
Ansuátegui, en una entrevista concedida a La Voz de Galicia, explica que: «Negreira presumía de tener un grupito de árbitros que, siempre que iban a Barcelona, quedaban con él a comer o a cenar antes del partido. Creo que era Enríquez el que los utilizaba para hacer ver que tenía influencia. Era más un paripé, una forma de vender humo».
Los famosos informes
«A mí me gustaría ver esos informes. Nos iba a dar a todos un ataque de risa», añadía y respondía a si en esas famosas cenas que organizaba era donde intentaba influir en los árbitros en activo, sobre lo que reflexionaba: «Me cuesta creer que realmente les hiciera ese tipo de insinuaciones para favorecer al Barcelona en un partido. Si Sánchez Arminio lo hubiese sabido, o cualquiera se hubiese ido de la boca, Negreira hubiese durado diez minutos».
«Una cosa es lo que él vendiera hacia afuera, que seguro que hacía creer que esos árbitros seguían sus indicaciones, y otra la realidad. Ponte en la mentalidad de un árbitro. Si recibieran alguna contraprestación, tampoco sería para retirarse. Y, si te callas, puedes pensar que el de al lado va a largar. En mi época ya se ganaba dinero, y ahora mucho más. Me extrañaría mucho que un árbitro se dejara comprar por cantidades que no fueran a implicar su jubilación. Es como si un futbolista de Primera División, que cobra dos millones al año, se deja comprar por 10.000 euros. Yo eso en la élite no lo veo. Podría pasar en categorías menores, pero en Primera División me cuesta creerlo», apunta.
El ex árbitro castellonense confiesa también que a él «jamás, ni de forma directa ni indirecta, me ha hecho la mínima insinuación para que tuviera influencia alguna en un partido», pero que no pone «la mano en el fuego por nadie».
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