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ABUCHEADO POR SU PASADO CON EL DOPAJE

Gatlin, el villano del atletismo que derrotó y se arrodilló ante Bolt

Marcaban las 22:45 horas en Londres cuando los aspirantes al trono de los 100 metros lisos saltaban al tartán del Estadio Olímpico. Siete de ellos lo hacían con aplausos, con especial sonoridad en el local Prescod y Usain Bolt, y uno de ellos, Justin Gatlin, era recibido con abucheos, al igual que en las dos carreras previas del campeonato. El norteamericano, al que no se le perdonan sus tropiezos con el dopaje, iba a levantar los brazos y mandar callar a todos unos minutos después, tras coronarse como campeón del mundo derrotando a la leyenda en su última carrera, un Usain Bolt ante el que iba a tener el bonito gesto de arrodillarse. Al fin y al cabo, él siempre será el rey.

Justin Gatlin se proclamó campeón del mundo de los 100 metros lisos en una carrera en la que todos esperaban el triunfo del jamaicano, que no llegaba en su mejor momento y acabó sucumbiendo ante la potencia de los norteamericanos Gatlin y Coleman, que le bajaron al tercer cajón del podio de manera irremediable. Los tacos de salida iban a perjudicar a Usain, que ya los había bautizado como «los peores que había conocido», y Gatlin, desde la calle 9, daría la sorpresa al igual que había hecho en tantas ocasiones, entre ellas en 2004, cuando se impuso en los Juegos Olímpicos de Atenas derrotando al campeonísimo Maurice Greene.

Después de unas semifinales en las que Coleman y Bolt se desafiaron y dejaron su aparente duelo para la final, la carrera definitiva llegó con un candidato en lo sentimental, pero cuatro o cinco optantes al triunfo en cuanto a marcas y sensaciones se refería. Uno de ellos era Gatlin, tapado por los abucheos y su avanzada edad, 35 años, que hacía olvidar que es uno de los atletas más regulares de la velocidad mundial… siempre que ha competido sano.

Dos veces sancionado por consumir sustancias prohibidas, Gatlin ya era el villano entre los atletas de élite mundial, y como buen antihéroe, iba a aparecer en el momento menos esperado para truncar el cuento de hadas que muchos esperaban que fuera la última carrera de Usain Bolt, el velocista invencible que fue derrotado el último día por un atleta que falló dos veces, venció otras tantas, y acabó arrodillándose ante la leyenda que reescribió la historia de la velocidad en el atletismo.