Deportes
"Busqué un respirador, pero no lo encontré", dice

El desgarrador testimonio de Santi Denia tras perder a su padre por el coronavirus

El drama de Santi Denia, seleccionador Sub-19 de España, tras perder a su padre por el corinavirus

"Busqué un respirador, pero no lo encontré", dice el entrenador

Una de las miles de familias tristemente afectadas por el coronavirus en España ha sido la de Santi Denia, ex jugador del Atlético de Madrid y ahora seleccionador español Sub-19. El técnico ha perdido a su padre, que a los 86 años falleció víctima del Covid-19 el pasado 21 de marzo. Un testimonio muy duro el del manchego.

«Este virus se ha llevado a mi padre y se está llevando a muchas personas. Todos los ciudadanos estamos sufriendo con este tema. Tengo mucha pena y mucha impotencia por todas las circunstancias que han rodeado a la muerte de mi padre. Él estaba bien, en una residencia de Albacete. Fue muy rápido. A mi hermana le dio tiempo a despedirse porque avisó el médico a la hora de comer: nos dijo que había empeorado. Yo llegué dos horas después, gritándole ‘Chapi’ que es así como le llaman, y no contestaba ya…», contó en la Cadena Ser.

No encontró respirador

«Intenté buscar un respirador en Albacete para mi padre. Creía que era la única posibilidad de darle una oportunidad. Pedí al doctor, a amigos de Albacete, a amigos en Madrid, pero España tiene una situación complicada. Busqué llevarle también a Madrid, pero el médico desaconsejó el traslado. No había opción porque no había respiradores en ningún sitio», añade Santi Denia, que no tuvo manera de encontrar ese respirador.

Desgarradoras palabras de un hijo que no pudo despedir a su padre como hubiera querido: «No hubo manera de conseguir ese respirador porque el sistema está desbordado. Yo no soy ni más, ni menos que nadie para que me dieran un respirador. Sólo un ciudadano que buscaba darle una oportunidad a mi padre. A la mañana siguiente, llamaron a mi hermana y nos dijeron que había fallecido y a que las 17:00 horas había que enterrarle. Fuimos cuatro personas al velatorio sin poder abrazarnos, con mascarillas. Fue muy duro. Luego dentro de lo malo, al menos tuvimos la suerte de que pudimos despedirle. Dentro de lo malo fuimos afortunados, pero no me pude ni abrazar a mi hermana».