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Bacca siembra más dudas (1-1)

El Atlético mostró su mejor versión de los últimos partidos pero no pudieron pasar del empate a uno. Otra vez la maldición amarilla y ya son cinco partidos sin ganar al Villarreal. Todo se puso de cara con el tanto de Correa, pero la efectividad volvió a pasar factura. Perdonaron varias ocasiones claras de gol y al final Bacca puso las tablas. Un empate que no despeja las dudas antes de la final ante el Qarabag.

Los tres puntos eran vitales y Simeone lo sabía. Alineó su mejor once para intentar disipar las dudas generadas en los últimos partidos. El Villarreal llegaba lanzado en Liga, con tres victorias seguidas, mientras el Atlético buscaba su segunda victoria consecutiva para salir de este bache. Los primeros minutos del encuentro fueron de tanteo hasta que los locales empezaron a entrar en calor.

Entonces llegaron muy buenos momentos del Atleti. Bacca probó suerte al poco de empezar pero Oblak se impuso sin problemas. A partir de ahí apretaron los pupilos del Cholo y pudieron adelantarse en el marcador con una doble ocasión. Primero Correa y luego Gameiro gozaron de ocasiones para hacer el primer tanto del choque.

Poco a poco fueron cogiendo confianza y se hicieron con el control del juego. Salvo una acción de Bakambu que salvó Savic in extremis cuando se quedaba mano a mano con Oblak, estuvieron muy serios en defensa. No concedieron oportunidad alguna a su rival. Se rehicieron rápido del susto y acto seguido, un minuto después, Víctor Ruiz salvó el gol de Saúl en la línea. 

Griezmann se la había dejado muy bien al 8 que estaba completamente solo, pero se topó con el central del submarino. Comenzaron a gustarse desde ese momento, desplegaron su mejor versión no sólo del partido sino de los últimos encuentros. Al filo del descanso, Godín tuvo el 1-0 de cabeza pero Barbosa se estiró para sacar una mano providencial cuando el Metropolitano ya cantaba el gol del uruguayo.

Estaban asediando la meta contraria, con el Villarreal encerrado en su área en los últimos minutos del primer tiempo. Los rojiblancos habían recuperado su esencia, sólidos atrás y peligrosos arriba. Se hicieron con el dominio del centro del campo. Al descanso se fueron empate a cero, con la miel en los labios por dejar vivo al submarino, pero a la vez con buenas sensaciones por haberse reencontrado con su juego.

Todo debía seguir igual en el segundo tiempo, eso sí, con un ojo a vizor en defensa porque a la contra los visitantes tenían mucho peligro. Y así fue. Eran dueños de la pelota, pero la primera ocasión corría a cargo del Villarreal -como en la primera parte-. Se encontraban cómodos cediendo la posesión y jugando a la contra.

La pizarra del Cholo

Saúl dijo al terminar el encuentro de Copa del Rey ante el Elche que les estaba «faltando efectividad de cara al gol». Era la definición exacta de lo que estaba sucediendo. En el primer tiempo pudieron y merecieron irse por delante pero, otra vez, perdonaron. La historia se repetía, llegaban pero no definían.

Tiraron de estrategia para sorprender, pero tampoco funcionó. Gabi y Griezmann se colocaron para lanzar la falta. Todo apuntaba que sería el francés el encargado de lanzarla, puesto que era una situación idónea para él. Pero usaron la pizarra del Cholo y cogieron desprevenida a toda la defensa. Gabi le dio un pase raso a Correa que se quedó solo ante Barbosa, pero la jugada no acabó en gol.

La estrategia que tantos éxitos le ha dado a este equipo volvía a ser protagonista. Esa es una de las cosas que se ha echado en falta en este Atleti en este comienzo de temporada. Las jugadas preparadas habían quedado en un segundo plano. Pero las han recuperado frente al Villarreal. No terminó como se esperaba pero el ¡uy! sonó en todo el coliseo romano.

La maldición amarilla golpea de nuevo

El delantero, reconvertido en extremo con la baja de Carrasco, cuajó un gran partido. Avisó varias veces pero de tanto ir el cántaro a la fuente al final se rompió. Lo estaba buscando el Atleti pero no lo encontraba hasta que apareció Correa. Griezmann cambia el juego de primeras para el argentino, éste controla de manera magistral y bate a Barbosa por su palo para adelantar al Atlético. 

El Wanda Metropolitano estalló con la diana del 11. Daba la sensación de que los fantasmas, por fín, desaparecían, ya que minutos después, Gameiro tuvo el 2-0 en sus botas pero no concretó y el meta amarillo le ganó la partida. A partir de ahí ocurrió lo mismo que ante Barça y Celta. Se ponen por delante y se tiran atrás, como en los últimos partidos.

Cedieron el control del partido y los de Javi Calleja aceptaron. Con el Atleti atrás empezaron a avanzar metros, como si de fútbol americano se tratara. Mario Gaspar avisó con un disparo cruzado que desvió Oblak. No sería más que el inicio de la debacle. En el 80, a la salida de un córner Bacca puso el 1-1 definitivo. El Cholo movió el banquillo buscando una reacción que no llegó y, de nuevo, se dejaron dos puntos muy valiosos.