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Visitan el acueducto de Segovia y dejan a todos los españoles sin palabras con su pregunta

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El acueducto de Segovia es uno de los monumentos más importantes de España. Su construcción, que se remonta a la época del Imperio Romano, continúa siendo un misterio fascinante para muchos. Esta obra maestra de la ingeniería no sólo destaca por su tamaño y funcionalidad, sino también por la increíble forma en que se ha mantenido en pie durante siglos sin necesidad de ningún tipo de argamasa o cemento para unir sus bloques de piedra.

De hecho, esta peculiaridad es lo que causa sorpresa y asombro entre los visitantes, como ocurrió recientemente con un grupo de turistas argentinos que, al ver el acueducto, no pudieron evitar plantearse la pregunta que se ha hecho viral en redes sociales: ¿cómo es posible que esta estructura se mantenga en pie sin el uso de cemento? Este tipo de preguntas, que pueden parecer simples a primera vista, en realidad son el reflejo de una profunda curiosidad por comprender cómo funciona una de las más grandes obras de la ingeniería de la antigua Roma.

La pregunta sobre el acueducto de Segovia que se ha hecho viral

@la__chule #madrid #unaargentinaenmadrid #segovia ♬ sonido original – La__Chule

La creadora de contenido argentina @la__chule y sus amigos, al encontrarse frente al acueducto de Segovia, se preguntaron cómo, pese a estar compuesto por enormes bloques de piedra que se apilan unos sobre otros, se ha mantenido en pie durante más de 2.000 años. En un video publicado en TikTok, compartieron su asombro al no entender cómo las piedras del acueducto, especialmente las que forman los arcos, no se caen.

La respuesta a esta cuestión se basa en principios de ingeniería que los romanos conocían muy bien: el uso de las «fuerzas de empuje» y el diseño preciso de los bloques de piedra. Los sillares del acueducto están cuidadosamente tallados para que encajen perfectamente entre sí, de manera que el peso de las piedras se distribuye de forma equilibrada a lo largo de toda la estructura.

Los arcos, que son la parte más destacada del acueducto, funcionan como elementos de soporte que permiten que las piedras permanezcan en su lugar, a pesar de la falta de argamasa o cemento. En otras palabras, la forma de las piedras, su disposición estratégica y el uso de principios de física para generar estabilidad hacen posible que la estructura se mantenga erguida.

Este fenómeno no es exclusivo del acueducto de Segovia. A lo largo del Imperio Romano, los ingenieros desarrollaron una serie de técnicas para construir estructura sin necesidad de recurrir al uso de cemento, que no fue utilizado en la arquitectura romana hasta finales de la República.

El uso de materiales como la piedra y la correcta disposición de los mismos en las obras arquitectónicas, combinados con un entendimiento avanzado de la mecánica de fuerzas y pesos, permitió la creación de estructuras que, a pesar del paso de los siglos, siguen en pie.

Historia del monumento

El acueducto de Segovia es una de las estructuras más emblemáticas de la ingeniería romana y un icono de la ciudad castellano leonesa. Su construcción se remonta al siglo I d.C., durante el reinado del emperador romano César Augusto, con el objetivo de transportar agua desde los manantiales de la Sierra de Guadarrama, a unos 15 kilómetros al norte de la ciudad, hasta Segovia. La estructura original abarcaba unos 15 kilómetros, pero el tramo más famoso y mejor conservado se encuentra en la Plaza del Azoguejo, en el centro de la ciudad.

El diseño del acueducto es un ejemplo destacado de la habilidad de los ingenieros romanos. Está compuesto por 167 arcos distribuidos en dos niveles, con un total de 120 pilares en el nivel inferior. La estructura alcanza una altura de hasta 28 metros en su punto más elevado. Los sillares de granito fueron tallados con precisión y se ensamblaron sin necesidad de mortero, lo que permitió una gran estabilidad y durabilidad.

A lo largo de su historia, ha sufrido varios daños debido a terremotos, guerras y el paso del tiempo, pero ha resistido de manera impresionante gracias a su sólida construcción. Durante la Edad Media, dejó de ser utilizado como fuente de agua, aunque siguió siendo un símbolo de la ciudad. En el siglo XIX, se iniciaron restauraciones para garantizar su conservación, y en 1985 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El acueducto un gran valor arquitectónico, cultural y popular. Está rodeado de leyendas, como la que cuenta que el diablo lo construyó en una sola noche tras hacer un pacto con una aguadora. Este mito, aunque no histórico, añade un toque de magia al monumento. En resumen, el acueducto de Segovia es un testimonio  de la ingeniería romana, un símbolo perdurable de la ciudad y un importante patrimonio de la humanidad que sigue cautivando a los visitantes y haciendo que se planteen preguntas tan interesantes como la de este grupo de argentinos.