La tomamos sin parar en España y es lo peor: el agua que espanta a los dietistas
El agua es esencial para nuestro organismo, y, aunque a menudo se habla de beber «litro y medio al día», la realidad es que no sirve de nada si es de mala calidad. No se trata sólo de hidratación, sino también de elegir la fuente adecuada según nuestras necesidades. En España, podemos confiar en el agua del grifo, pero cuando optamos por agua embotellada, conviene saber distinguir cuál es mejor para nuestra salud y cuál deberíamos evitar.
El dietista polaco Bartek Szemraj, citado por Onet Kobieta, señala que no todas las aguas embotelladas son iguales. Según él, lo ideal sería elegir agua mineral alta en sales, preferiblemente en botella de vidrio. En cambio, uno de los productos más consumidos (y a la vez menos recomendables) es el agua de baja mineralización en botella de plástico. ¿Por qué? Porque puede contener menos nutrientes y está más expuesta al riesgo de contaminación. Veamos en qué se basa cada opción.
¿Estás tomando la peor agua sin saberlo?
Uno de los primeros factores que destaca el experto es el tipo de envase en el que viene el agua. Según Szemraj, el mejor recipiente posible es el de vidrio. No solo es más respetuoso con el medio ambiente, sino que también evita la transferencia de sustancias químicas al líquido, algo que sí puede ocurrir en ciertos plásticos, especialmente cuando se exponen al calor o a la luz directa del sol.
En cambio, los envases plásticos, aunque más económicos y livianos, presentan varios inconvenientes. Uno de los principales es la posibilidad de que liberen microplásticos o sustancias químicas al agua, especialmente si han sido almacenados en condiciones inadecuadas, como lugares cálidos o cercanos a fuentes de calor. Esto no significa que toda el agua en botella de plástico sea mala, pero sí que debemos prestar atención tanto a su composición como a su conservación.
Alta mineralización: la aliada de tu cuerpo
El segundo criterio clave para elegir una buena agua es su nivel de mineralización. Las aguas altamente mineralizadas son las preferidas por el dietista, ya que contienen una mayor concentración de minerales esenciales como calcio, magnesio, sodio y potasio. Estos elementos son fundamentales para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano, especialmente en personas activas, deportistas o aquellas que viven en climas calurosos.
El agua mineral natural no sólo hidrata, sino que también contribuye al equilibrio electrolítico, al fortalecimiento óseo y a la salud cardiovascular. Como ejemplo, Szemraj menciona marcas como Muszynianka (muy popular en Polonia), reconocida por su alta concentración de minerales y su envase de vidrio, lo cual la convierte en una de las mejores opciones disponibles, aunque su precio suele ser más elevado que el de otras aguas comunes.
Otras alternativas aceptables
Después del agua altamente mineralizada en envase de vidrio, el dietista considera como una buena opción el agua del mismo tipo pero en botella de plástico. Aunque pierde puntos por el envase, sigue aportando beneficios gracias a su composición rica en minerales. A continuación, sitúa el agua de mineralización media, que contiene menos minerales que la anterior, pero aún así ofrece cierta calidad nutricional y suele ser más barata.
Esta categoría es adecuada para la mayoría de las personas sanas que mantienen una dieta equilibrada. Sin embargo, quienes sufren de deficiencias minerales o realizan esfuerzos físicos intensos pueden beneficiarse más de una opción más rica en estos nutrientes.
La peor opción: la más común en los hogares
En el otro extremo del ranking aparece el agua poco mineralizada en botellas de plástico, que Szemraj califica como la menos recomendada. Esta es precisamente la variedad que muchas personas compran sin pensarlo, atraídas por su bajo precio o por falta de información. Aunque sigue siendo mejor que bebidas azucaradas como los refrescos, no ofrece prácticamente ningún aporte en términos de minerales esenciales.
Además, el envase plástico puede representar un problema si no se almacena correctamente. En verano, por ejemplo, es frecuente dejar botellas de agua cerca de la vitrocerámica o en el coche, lo que aumenta el riesgo de contaminación por calor. En estos casos, el contenido de la botella puede verse alterado de manera negativa.
Independientemente del tipo de agua que elijas, su conservación adecuada es un aspecto que no debe pasarse por alto. Szemraj recuerda que es fundamental guardar las botellas en lugares frescos y lejos de la luz solar directa. En verano, es especialmente importante evitar dejar el agua cerca de fuentes de calor, ya que la exposición a altas temperaturas puede provocar reacciones en los plásticos.
En definitiva, lo más recomendable es beber agua con buena cantidad de minerales, mejor si viene en botella de vidrio. Si no es posible, una opción aceptable es la misma agua pero en plástico. Trata de evitar la de baja mineralización en envase plástico, ya que aporta poco y puede verse afectada por el calor.
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