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Trucos de plantas

Ni al norte ni al sur: los expertos en jardinería revelan cómo orientar tus cactus si los tienes dentro de casa

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Tener plantas en casa se ha vuelto una decisión que abarca más que la estética. Según un artículo de Botanical Dry Garden, el contacto visual con el verde de las plantas estimula el cerebro, promoviendo sentimientos de bienestar y positividad. Y, si hay algo que todos queremos por igual, es sentirnos bien.

Por ello, tomar la decisión de comprar una es más común de lo que parece. Y una opción muy popular es el cactus. Se consigue en todos lados, es diferente, cada uno tiene su personalidad y los cuidados son fáciles. La planta perfecta para empezar. Pero eso no significa que podamos olvidarnos de sus cuidados. Uno de los primeros (y más importantes) es elegir bien dónde colocarlo en casa, porque de eso depende en gran parte su salud.

Este es el sitio exacto donde hay que poner el cactus en casa

Los expertos en jardinería recomiendan que, si tienes un cactus dentro de casa, lo coloques hacia el este. Ni al norte, ni al sur, ni mucho menos donde no reciba luz. Esa zona de la casa recibe la primera luz de la mañana, que es suave y constante, justo lo que muchos cactus necesitan para crecer sanos sin quemarse.

No todos los cactus toleran el sol directo. Aunque algunos sobreviven a pleno sol, otros se resienten con manchas blancas o amarillas cuando la luz es demasiado fuerte. Es por ello que la orientación este es el punto medio perfecto: luz natural sin el castigo de las horas centrales del día.

Otras claves para cuidar el cactus

Ubicarlo bien es sólo el primer paso. Para que crezca fuerte y con buen color, hay otros factores igual de cruciales.

El sustrato es más importante de lo que muchos creen. El cactus necesita una mezcla que drene bien, que deje pasar el agua sin encharcar las raíces. Si el sustrato retiene humedad, las raíces se pudren y no hay vuelta atrás.

Lo ideal es una mezcla específica para cactus, con arena, grava o perlita. Así evitas acumulaciones de agua y de paso, consigues que la planta mantenga su color y forma.

Por otro lado, también es necesario conocer la necesidad de riego de cada cactus. Hay que esperar a que el sustrato esté completamente seco, no solo por arriba. Si metes un dedo o un palillo y notas humedad, hay que esperar. En época de crecimiento, desde primavera hasta finales de verano, toca regar con cierta frecuencia, pero siempre con moderación. Durante el reposo invernal, prácticamente nada de agua.

Por último, es importante recordar que los cactus también se agotan. El agua arrastra nutrientes y, si no los repones, la planta lo nota. Durante la primavera y el verano, puedes usar un fertilizante específico cada dos o tres semanas.

Este pequeño paso no sólo estimula el crecimiento, también ayuda a que la planta retenga mejor el agua y refuerce sus defensas naturales. Un buen abono puede marcar la diferencia entre un cactus cualquiera y uno que dé flor.