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Las mejores frases y citas de Miguel de Unamuno

Las mejores frases y citas de Miguel de Unamuno
Las mejores frases y citas de Miguel de Unamuno

Un 29 de septiembre de 1864 nacía el escritor y filósofo Miguel de Unamuno. Se le conoció como rector de la Universidad de Salamanca; pero evidentemente por sus citas y por sus obras y novelas. Es por esto que citamos las mejores frases y citas de Miguel de Unamuno.

A destacar que en toda su obra cultivó gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Murió un 31 de diciembre de 1936.

A veces, callar es mentir. Ganarás porque tienes suficiente fuerza bruta. Pero no convencerás. Para convencer tienes que persuadir. Y para persuadir, necesitarías lo que te falta: Razón y Derecho.

Sólo el que sabe es libre y más libre el que más sabe. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas.

Los jesuitas […] nos vienen con la cantinela esa del reinado social de Jesucristo, y con ese criterio político quieren tratar los problemas políticos y los económico-sociales. […] Cristo nada tiene que ver ni con el socialismo ni con la propiedad privada. […] [Él] dijo que su reino no era de este mundo.

El infierno se concibió como una institución policial para inspirar miedo en este mundo. Pero lo peor de todo es que ya no asusta a nadie, y por lo tanto tendrá que cerrarse.

Al servirnos de Dios pretendemos abrirlo, como a un paraguas, para que nos proteja de toda suerte de males.

El hombre está pereciendo. Eso puede ser, y si es la nada lo que nos espera, actuemos de modo que sea un destino injusto.

Solo en la soledad nos encontramos; y al encontrarnos a nosotros mismos, encontramos en nosotros mismos a todos nuestros hermanos en la soledad.

El relativismo absoluto, que no es ni más ni menos que escepticismo, en el sentido más moderno del término, es el triunfo supremo de la razón racional.

El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura al viajando.

No hay tiranía en el mundo más odiosa que la de las ideas. Las ideas traen ideofobia, y la consecuencia es que las personas comienzan a perseguir a sus vecinos en nombre de las ideas. Detesto y detesto todas las etiquetas, y la única etiqueta que ahora podría tolerar sería la de idealista o rompedor de ideas.

Lo mismo que une el amor al amante y el amado, une el odio a al odiador y al odiado, y no menos fuerte ni menos duramente que aquel.

La visión de tu prójimo es tan cierta para él como tu propia visión es verdadera para ti.

La opresión, una mentecatada. Hablar de nacionalidades oprimidas —perdonadme la fuerza, la dureza de la expresión— es sencillamente una mentecatada; no ha habido nunca semejante opresión, y lo demás es envenenar la Historia y falsearla.

Dicen que insulta a los pobres el que va derrochando por la calle su dinero; pero los insulta más el que se lo guarda en la hucha para que tenebrosamente le echen crías con la usura.

Cada vez que un hombre habla, miente y, en la medida en que habla consigo mismo, es decir, por lo que él piensa, sabiendo que él piensa, se miente a sí mismo. La única verdad en la vida humana es lo fisiológico. El habla, esta cosa que ellos llaman un producto social, fue hecha para mentir.

En un divorcio, no importa si el casamiento se acordó legalmente o no. La propiedad debe ser dividida de cualquier modo. frases y citas de Miguel de Unamuno

Me parece indiscutible que el que soy hoy deriva de una serie continua de estados de conciencia, del que estuvo en mi cuerpo hace veinte años. La memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición es la base de la personalidad colectiva de un pueblo. Vivimos en la memoria, y nuestra vida espiritual es en el fondo simplemente el esfuerzo de nuestra memoria para persistir, para transformarse en esperanza, el esfuerzo de nuestro pasado para transformarse en nuestro futuro.

La inmortalidad del alma, del alma que se escribe, del espíritu de la letra, es un dogma filosófico pagano. frases y citas de Miguel de Unamuno.

Aquellos que dicen que creen en Dios y aún ni lo aman ni le temen, de hecho no creen en Él, sino en aquellos que les han enseñado que Dios existe. Aquellos que creen que creen en Dios, pero sin ninguna pasión en el corazón, ninguna angustia de la mente, sin incertidumbre, sin duda, sin un elemento de desesperación incluso en su consuelo, creen solo en la idea de Dios, no en Dios.

He dicho alguna vez, con escándalo acaso de ciertos pedantes, que la verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.

¡Creer lo que no vimos, no!, sino crear lo que no vemos. Crear lo que no vemos, sí, crearlo y vivirlo, y consumirlo, y volverlo a crear y consumirlo de nuevo, viviéndolo otra vez, para otra vez crearlo… y así; en incesante tormento vital.

La locura, la verdadera locura, nos está haciendo mucha falta, a ver si nos cura de esta peste del sentido común que nos tiene a cada uno ahogado el propio.

 

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