Una antología de relatos sobre piratas

Ocho autores se unen para relatar las aventuras del pirata más temido: Barbanegra

relatos Barbanegra

La Editorial Diversidad Literaria lanza un proyecto sobre viajes y experiencias titulado La tripulación de Barbanegra. Una antología de relatos sobre piratas escrita por ocho autores, entre los que se encuentra la colaboradora de OKDIARIO Pilar Medina Rayo. El libro se adentra en la leyenda del más feroz pirata del Caribe.

Poco se sabe de los primeros años de la vida de Barbanegra. Sus orígenes se han dejado a la especulación. Conocido como Edward Teach (o varias variantes del mismo, como Thatch y Thack), probablemente nunca se conocerá su verdadero nombre. Se cree que fue corsario de los británicos durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1713), pero la primera vez que se oyó hablar de Barbanegra como pirata fue a finales de 1716. Al año siguiente transformó un mercante francés capturado en un buque de guerra de 40 cañones, el Queen Anne’s Revenge, y pronto se hizo famoso por sus atrocidades a lo largo de las costas de Virginia y Carolina y en el mar Caribe.

En 1718, Barbanegra estableció su base en una ensenada de Carolina del Norte, cobró peaje por la fuerza a los barcos que navegaban por Pamlico Sound y firmó un acuerdo de reparto de premios con Charles Eden, gobernador de la colonia de Carolina del Norte. A petición de los plantadores de Carolina, el vicegobernador de Virginia, Alexander Spotswood, envió una fuerza naval británica al mando del teniente Robert Maynard, quien, tras un duro combate, logró matar a Barbanegra. El cuerpo del pirata fue decapitado y su cabeza fijada al extremo del bauprés de su barco.

Aparte de la frondosa barba negra que le valió su apodo, el aspecto más destacado de la leyenda de Barbanegra es su gran tesoro enterrado, que nunca se ha encontrado y probablemente nunca existió. Sin embargo, el pecio del Queen Anne’s Revenge fue descubierto por submarinistas frente a las costas de Carolina del Norte a mediados de la década de 1990. En las décadas siguientes se recuperaron cientos de artefactos, entre ellos aparatos de navegación, cañones y la empuñadura de una espada.

Los piratas y el Caribe

Los piratas, al igual que los contrabandistas, necesitaban escondites cómodos. El Caribe, con sus numerosas islas y miles de bahías, ofrecía el terreno perfecto para los asaltantes. La población local había sido exterminada en gran parte por enfermedades europeas importadas accidentalmente y a las que no eran resistentes.

La existencia de prósperas bases terrestres como Nassau, donde los piratas podían vender sus ganancias mal ganadas (o aprobadas oficialmente), era crucial para la economía pirata.

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