La vela solar de la NASA podría revolucionar la exploración espacial
Siguiendo con la carrera espacial, la NASA ha puesto en marcha un proyecto de vela solar. Aquí te contamos más detalles sobre ello.
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Recientemente, la NASA ha seleccionado un proyecto de vela solar que podría revolucionar la exploración espacial, y allanar el camino hacia nuevos destinos. La mayoría de las naves espaciales de hoy en día son propulsadas por cohetes propulsores o por motores de iones. La principal ventaja del nuevo sistema es que no requiere de combustible, lo que le otorga una muy alta autonomía para explorar el espacio.
La vela solar por difracción de la NASA
Como parte del programa Innovative Advanced Concepts (NIAC) de la NASA, la agencia espacial estadounidense ha decidido poner en marcha el proyecto Diffractive Solar Sail, que podría ser mucho más eficiente que las velas solares existentes. Gracias al fenómeno de la difracción, se puede aprovechar al máximo la cantidad de luz solar que recibe.
Una nave espacial equipada con este tipo de vela podría ser mucho más eficiente y mucho más maniobrable. Sin embargo, debido al bajo empuje que genera, no es posible utilizarla como medio de lanzamiento de una nave desde tierra.
Donde sí es muy útil, es en dispositivos que ya se encuentran en órbita, o que de alguna manera ya han alcanzado la velocidad requerida de liberación.
El nuevo concepto ha sido probado por la agencia espacial japonesa (JAXA), en el año 2010 en la nave IKAROS. Esta fue equipada con una vela solar de poliimida de 200 metros cuadrados, cubierta con células solares en el 10% de su superficie.
Recientemente, The Planetary Society, una organización global sin fines de lucro y dedicada a la exploración espacial, también ha experimentado con la navegación solar. Lanzaron el LighSail1 en el año 2015, y el LightSail2 en el 2019, que continúa enviando datos esenciales sobre este modo de propulsión.
Un modo de propulsión económico y práctico
Las velas solares funcionan gracias a la presión que ejercen los fotones de luz solar, llamada presión de radiación, cuando golpean su superficie. El impacto es relativamente débil, pero se consigue un rendimiento aceptable ampliando el área reflectante.
Al igual que en un velero, es posible actuar sobre la fuerza aplicada, moviendo la vela y ofreciendo más o menos resistencia a la luz, y así cambiar de dirección a la nave.
La principal ventaja de este sistema es que se prescinde totalmente de cualquier tipo de combustible. También se ha solucionado el problema de que el empuje es máximo cuando los rayos de luz se dirigen directamente hacia la vela, limitando la capacidad de maniobrar. Lo que se hace es instalar varias redes pequeñas, integradas en películas muy delgadas, que distribuyen la luz sobre toda la vela.
En teoría, esto le permitirá a la nave espacial utilizar más eficientemente la luz solar, al usar la totalidad del área potencial.
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