Ciencia
Contaminación

Los científicos ponen el grito en el cielo: los microplásticos podrían permanecer hasta 100 años en el océano

La contaminación por microplásticos se ha convertido en una de las mayores amenazas ambientales del siglo XXI. Estas partículas, invisibles a simple vista, derivan de la fragmentación de plásticos más grandes que terminan en el mar y se dispersan por las corrientes oceánicas. Su presencia afecta no solo a la fauna marina, sino también a los ecosistemas y a la calidad del agua.

Una reciente investigación británica aporta una visión más profunda sobre este fenómeno. Utilizando modelos de simulación, los científicos analizaron cómo los microplásticos flotan, se degradan y finalmente se hunden, permaneciendo activos durante más de un siglo en el entorno marino.

¿Por qué la ciencia afirma que los microplásticos podrían permanecer hasta 100 años en el océano?

Según los investigadores, los residuos plásticos que alcanzan el océano pueden mantenerse en la superficie durante más de 100 años. Este hallazgo, publicado en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society A, se basa en una combinación de modelado ambiental, geoquímica marina y dinámica de fluidos.

Los plásticos fabricados con polietileno y polipropileno (los más comunes en envases y productos de consumo) se descomponen a un ritmo extremadamente lento, lo que prolonga su presencia en el medio acuático.

Cada año, cerca de 11 millones de toneladas de desechos plásticos llegan a los mares, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Con el paso del tiempo, el sol, las olas y las variaciones de temperatura fragmentan estos materiales, generando microplásticos que flotan sin llegar a desintegrarse completamente.

El estudio advierte que incluso si se interrumpiera hoy la entrada de nuevos residuos, los fragmentos ya presentes continuarían contaminando los océanos durante generaciones. Este proceso continuo convierte al mar en una reserva activa de microplásticos, difícil de limpiar o revertir.

¿Por qué los microplásticos duran tanto?

Los científicos identifican varios factores que explican la larga vida de los microplásticos:

Estos mecanismos explican por qué la contaminación plástica no se reduce rápidamente, sino que se mantiene y multiplica a lo largo del tiempo, afectando tanto a la superficie como a las profundidades.

El papel de la «nieve marina» en el transporte de microplásticos

El estudio describe un fenómeno clave: la interacción entre los microplásticos y la llamada «nieve marina». Se trata de pequeñas partículas orgánicas que se agrupan y descienden lentamente hacia el fondo, arrastrando consigo los microplásticos adheridos.

Este proceso, similar a una cinta transportadora natural, explica cómo los fragmentos plásticos se mueven desde la superficie hasta las profundidades del océano. Sin embargo, no implica su desaparición: las partículas pueden permanecer intactas durante siglos en los sedimentos marinos.

Los modelos matemáticos utilizados por los investigadores muestran que tras un siglo, solo el 10% del plástico original sigue en la superficie, mientras que el resto se encuentra fragmentado o hundido. En este sentido, los fondos oceánicos actúan como depósitos invisibles de contaminación.

El problema del «plástico desaparecido»

Durante años, los científicos han observado una discrepancia entre la cantidad de plástico vertida al mar y la que realmente flota en su superficie. Este fenómeno, conocido como el «plástico desaparecido», se explica ahora gracias al transporte vertical de los microplásticos.

La investigación demuestra que la mayoría de los residuos no desaparece, sino que cambia de lugar y de forma. A medida que los fragmentos se reducen de tamaño, se combinan con materia orgánica y se hunden lentamente. Una vez en el fondo marino, quedan fuera del alcance de los sistemas de limpieza, acumulándose en grandes cantidades.

Los autores del estudio (Kate Spencer y Nan Wu, de la Queen Mary University of London) sostienen que este proceso contribuye a la alteración del llamado «bombeo biológico» del océano, un mecanismo natural que regula el carbono y los nutrientes. La acumulación excesiva de microplásticos podría afectar a esta función esencial para el equilibrio climático.

Implicaciones ambientales y políticas

El modelo desarrollado ofrece herramientas para la gestión ambiental y el diseño de políticas públicas. Conocer el destino de los microplásticos ayuda a identificar zonas críticas y planificar estrategias de mitigación más eficaces.

Cabe recordar que la Unión Europea ha adoptado medidas para limitar los plásticos de un solo uso y fomentar materiales biodegradables, mientras que iniciativas como The Ocean Cleanup trabajan para interceptar los residuos antes de que lleguen al mar. Sin embargo, los científicos advierten que el daño ya causado requerirá décadas para revertirse.

El Tratado Mundial sobre Plásticos impulsado por la ONU pretende establecer límites globales a la producción y vertido de residuos. Aun así, la persistencia de los microplásticos en los océanos demuestra que el desafío no es solo detener la contaminación, sino también gestionar su legado.