Cataluña
Sentencia del Tribunal Supremo

El mosso separatista Albert Donaire pide dejar solo en el aula al niño que pide clases en castellano

  • Vicente Mateu
  • Portadista en OKDIARIO. Anteriormente fui redactor jefe de Política, Sociedad y Cierre en EL MUNDO; asesor del Gabinete de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia y Administración Territorial Soraya Sáenz de Santamaría; redactor de El Independiente... Y extremeño a mucha honra.

Albert Donaire, cabeza visible de los mossos independentistas, se ha sumado de inmediato a la campaña contra el niño cuya familia ha pedido que reciba clases en castellano, un derecho reconocido por el Tribunal Supremo. Su aportación ha consistido en pedir que el chaval se quede solo en el aula, que sus compañeros abandonen el aula en las horas en las que no se impartan las clases en catalán.

En un gesto que dice mucho de su forma de entender la infancia, dinaire ha publicado en Twitter que «este niño debe encontrarse absolutamente solo en clase» y justifica así esta auténtica burrada: «O reaccionamos o nos matan la lengua».

Donaire se suma así al tuit de otro digno representante del separatismo radical catalán: Jaume Fábrega -escritor y consultor gastronómico con un blog en la web independentista VilaWeb-, quien ha ido aún más lejos al preconizar la violencia contra la familia de este chico: «¡Me apunto a ir a apedrear la casa de este niño!», ha sido su mensaje en las redes sociales que, por cierto, no han actuado contra esta auténtica incitación a la violencia.

«Que se vayan fuera de Catalunya. No queremos supremacistas castellanos que nos odian», añadía Fabrega en su mensaje, demostrando quién es realmente el supremacista.

Donaire, por su parte, ha protagonizado varias polémicas por su constante desprecio a todo lo que no sea catalán. Una de las más sonadas fue su afirmación de que los andaluces “trabajan sólo tres meses al año y los otros nueve meses se los pasan de bar en bar”, una forma de vivir que extiende, por ejemplo, a los extremeños mientras los catalanes, según él, «lo pagan todo».