Tristeza de invierno y los niños: que es y como afrontar el «winter blues»

Los trastornos afectivos estacionales son un hecho que afectan tanto a los adultos como a los niños. De este modo, y aunque a nivel bajo existe una tristeza de otoño, existe también la llamada «tristeza de invierno» o «winter blues» de la que os ofrecemos todos los detalles sobre lo que es, y cómo la podemos afrontar en el caso de que le afecte a nuestros hijos.

Tristeza de invierno y los niños: que es y como afrontar el «winter blues»

El pasado 21 de diciembre, lunes comenzó de forma oficial el solsticio de invierno, y aunque la llegada de la estación más corta del año se produce en mitad de la vorágine navideña, es posible que muchas personas se sientan más tristes y melancólicas que de costumbre, algo que también puede llegar a afectar a los niños que en algunos casos y dependiendo de la edad es posible que no entiendan que les pasa o cómo verbalizar su sentimiento, por lo que será importante estar atentos para poder hacer frente este tipo de trastorno.

Qué es el «winter blues»

Cuando hablamos de «blues» que podemos traducir como «melancolía» generalmente nos referimos a un malestar generalizado que se vuelve fisiológico, como ocurre por ejemplo en los casos de melancolía, inmediatamente después del parto. Una cuestión de hormonas, más que de la propia depresión posparto. Bajo ninguna circunstancia se debe ignorar el este tipo de trastorno estacional, especialmente cuando los niños son víctimas de este mal humor. De hecho, si a medida que avanza la mala temporada se nota un descenso gradual hacia un mal humor perenne en el niño o adolescente, es necesario investigar a fondo las razones de este malestar antes de que derive en un trastorno.

Según expertos de la Universidad de Southwestern que publicaron sus resultados en Childrens.com , una forma de entender si se trata solo de un malestar pasajero o algo más grave es comprobar que no afecta el comportamiento de los niños.

¿Cómo saber si es Tristeza de invierno?

A la hora de evaluar si realmente nuestro hijo o hija sufre de tristeza de invierno nos podemos fijar en lo siguiente:

• Si al comienzo de la temporada de invierno, se observan cambios cíclicos en el estado de ánimo del niño o niña.
• Si este cambio de humor coincide con un aumento de la fatiga.
• Si a la llegada de la primavera el niño o niña cambia repentinamente de humor.
• Si el malestar y el mal humor cambian los hábitos y comportamientos en la familia del niño

¿De qué depende este mal humor? Para los padres puede ser útil sondear la vida del niño o niña en busca de episodios traumáticos ocurridos durante el período invernal. Precisamente de estos episodios podría originarse el malestar, incluso inconsciente, que sienten los grupos de menor edad cuando golpean las temperaturas más bajas. Si bien es cierto que para las personas adultas es posible tener herramientas emocionales para poder «rellenar el hueco» que produce la tristeza por la llegada del invierno, para muchos niños no es tan simple, y por ejemplo la idea de la llegada de Papá Noel no siempre es suficiente para cambiar el estado de ánimo.

Si los niños son pequeños y las razones de la tristeza de invierno son fugaces, ambientales y sobre todo no afectan los comportamientos y las relaciones interfamiliares, son los padres quienes deben investigar y ayudar al pequeño a reconocer sus emociones. Solo así podremos evitar que el mal humor estacional se convierta en algo más grave, como el trastorno afectivo estacional.

Trastorno afectivo estacional, que síntomas tienen

Cuando esa tristeza se vuelve en algo casi patológico se convierte en un trastorno afectivo estacional y según una investigación del sistema de ayuda sanitaria TheDaCare , aproximadamente el 10% de las personas en el mundo padecen un trastorno afectivo estacional . Datos que también afectan a niños y adolescentes y que reportan un agravamiento cuando llega el invierno en forma depresiva real . Los síntomas de esta depresión estacional incluyen:

• Somnolencia
• Dificultad para despertarse por la mañana.
• Persistencia de la sensación de malestar durante más de 2 semanas.
• Menos interés por la sociabilidad
• Mayor interés en comer carbohidratos.
• Menos energía
• Aumento de peso

Pero este trastorno puede ser vencido y aunque se desconozcan las causas, a menudo vinculadas a una condición interna y psicológica del niño, niña o adulto, los expertos coinciden en que muchas investigaciones apuntan a causas relacionadas con los ciclos del sueño y niveles alterados de melatonina .

Además, varios estudios publicados en el portal Medicalnews han confirmado que la producción de serotonina en invierno disminuye y que por ello la sensación de buen humor puede dar paso a que nos sintamos mucho más malhumorados cuando llega el frío.

Pero distinguir entre la «tristeza de invierno» pasajera y un trastorno afectivo estacional, es muy importante: en el primer caso es un mal humor pasajero que los padres, en caso de que las víctimas fueran niños o adolescentes, pueden ayudar a paliar. En el segundo, es bueno investigar las causas más a fondo, con la ayuda de un terapeuta.

Consejos para controlar la tristeza de invierno

Si has notado un indicio de tristeza de invierno a partir de las señales antes mencionadas, queremos acabar ofreciéndote algunos consejos para ayudarles a superar el estancamiento y vivir mejor el invierno.

• Mantén a los niños activos, por ejemplo, con juegos para jugar en casa
• Salid al sol: aunque en invierno su luz es menos fuerte, se vuelve muy importante para el niño mantener una «relación» con el sol y su calor, quizás con pequeñas salidas aunque haga frío o incluso cuando haya nevado.
• Actividades al aire libre: imprescindibles para sentir el lado bueno de las cosas incluso en la temporada de invierno
• Actividades de socialización: también son importantes para mantener al niño bien anclado en su dimensión social
• Asegúrate de que el niño o niña duerma bien y no pierda horas importantes de sueño