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Cómo lidiar con el aburrimiento de los niños en verano

El aburrimiento de los niños es algo que siempre agobia a los padres, pero puede ser una oportunidad para que encuentren una nueva diversión.

A pesar de que el verano es la época soñada por muchos niños, es habitual acabar escuchando la frase «estoy aburrido/a» con la que muchos padres se desesperan. No tenemos sin embargo que enfadarnos o comenzar a obsesionarnos con distraer a los niños todo el rato. Veamos entonces cómo lidiar con el aburrimiento de los niños en verano.

Cómo lidiar con el aburrimiento de los niños en verano

Si ya de por sí, lo de estar aburrido es recurrente en muchos niños cada verano, se suma además la situación actual, inmersos en mitad de una pandemia que va a marcar también nuestro verano, con muchas familias quedándose sin poder irse de vacaciones o pasando más tiempo en casa.

Entonces, ¿qué podemos hacer con el aburrimiento de los niños? Lo primero de todo es no tener la obsesión por hacer que el niño deje de estar aburrido. De hecho, muchas veces dicen que están aburridos cuando en realidad tienen muchas opciones, juegos, actividades o cosas por hacer para distraerse, pero sencillamente no saben por dónde empezar. Demos tiempo al niño o niña para que sienta realmente que no tiene nada que hacer y comprobaremos cómo por sí mismo/a comienza a desarrollar algo a partir de la imaginación o de la creatividad.

Es a través del aburrimiento o de la sensación de no tener nada que hacer que muchos descubrimos de pequeño por ejemplo nuestra pasión por los libros y la lectura, por los cómics, el cine o por dibujar, incluso por ponernos a escribir historias o poemas.

¿Es beneficioso el aburrimiento?

No nos engañemos, la vida de los niños está llena de quehaceres, de modo que en verano es posible que se relajen y surja el aburrimiento pero este no deja de ser algo beneficioso en el fondo. Piensa que el aburrimiento es algo que insta al niño o niña a aprender autonomía y dirigir intereses hacia actividades que le hagan feliz.

Enfrentar el aburrimiento

Para que entonces los niños tengan la oportunidad de encontrar una camino de distracción o incluso una pasión, debemos dejar que se aburran sin más, pero cuidado, porque tenemos que garantizar también que el entorno esté adecuado para que pueda desarrollar la actividad que se le ocurra a raíz del aburrimiento.

Por ejemplo, si tu hijo o hija dice aburrirse y de repente viene con la idea de ponerse a pintar un cuadro, no estará de más que tengamos a mano pinceles y pinturas para que pinte.

Por otro lado, será bueno que el niño o niña conozca, o sea consciente de las muchas opciones que tiene para enfrentar el aburrimiento, ya que en el caso de que no tenga nada, y que tampoco su mente sea capaz de desarrollar alguna idea, seguramente acabará pidiendo realizar actividades que de hecho ya realiza a diario y que posiblemente no sean de tu agrado, como estar delante de los videojuegos todo el día.

Y en el caso de niños pequeños, el aburrimiento debe sentirse siempre y cuando el pequeño sienta además que está acompañado. No podemos dejar que un niño de tres años se aburra porque sí. Quizás piense que no tiene nada que hacer y nos venga pidiendo jugar o que hagamos algo, de modo que nosotros debemos responder y brindarle esa ayuda que solicita para poder divertirse o sencillamente, distraerse. De este modo podemos hacer una manualidad, realizar alguna salida especial o incluso proponer algo nuevo como cocinar en familia, algo que nos lleva a lo dicho anteriormente, que a través del aburrimiento, el niño o niña descubra una pasión que hasta la fecha no había desarrollado.