La vela tradicional vive su primer día de fiesta en Cala Gamba
El Moll de sa Fusta volvió a ser el centro de la tradición en la Diada de Vela Llatina
El viento obligó a anular la regata
44 embarcaciones se han enrolado este año en estas dos jornadas de regatas
Se implementó un clase especial para que pudieran participar los niños
Cala Gamba ha vuelto esta mañana a convertirse en el epicentro del patrimonio marítimo de Baleares en la primera jornada de la XXVI edición de la Diada de Vela Llatina. 44 embarcaciones tradicionales se han enrolado este año en estas dos jornadas de regatas pero sobre todo de hermandad entre los aficionados y de difusión de la historia de la navegación tradicional en la isla. Barcos de toda la Isla han acudido a la cita que ha implementado una clase especial para que los niños participen en el evento, la clase Dragonera, con tres barcos en liza, y que también cuenta este año con una tripulación íntegramente femenina, la del Grumete.
La jornada inaugural de la Diada se quedó sin regatas, salvo la exhibición de navegación a remo que se hizo a primera hora. El fuerte viento, que subía de intensidad por momentos durante la mañana, obligó finalmente a anular las dos mangas previstas para las clases competitivas, una solo para la clase abierta y la de vela latina clásica. La reglamentación específica de los barcos de vela latina desaconseja la navegación con vientos de más de 14 nudos y hoy a mediodía se sobrepasaba con creces esa intensidad. Mañana el pronóstico es mejor y no se esperan problemas para disfrutar de la regata costera con una única salida conjunta de todas las embarcaciones.
No hubo regatas en el mar, pero sí hubo espectáculo en tierra con los armadores preparando y mimando sus embarcaciones hasta el más mínimo detalle. La Diada de Vela Llatina de Cala Gamba surgió en su origen como un fin de semana de hermandad de la flota tradicional de toda Mallorca y para que estos enamorados de la vela tuvieran ocasión de compartir con los demás sus dudas y descubrimientos.
Uno de los precursores y máximos representantes de la Diada de Cala Gamba es Bernat Oliver, técnico de Patrimoni Marítim y armador del más antiguo de los botes de vela latina conocidos hasta ahora en Balears: el Callao, botado en 1893. 129 años de vida concentrados en sus 20 palmos de eslora, poco más de cuatro metros, que se salvaron de la hoguera en el último momento en 1990.
No se sabe quién construyó este bote y su origen está inmerso también en el misterio. Algunos dicen que era el bote auxiliar del buque cañonero Callao, y que se quedó en Palma tras pasar el barco de la Armada por Portopí, antes de ser capturado en Filipinas en la debacle de 1898. Otros afirman que su nombre es simplemente un homenaje al puerto más importante de Perú. Lo que sí parece probado, según contaba su antigua dueña, doña Margalida, es que la barca pasó a llamarse María y que se dedicó al contrabando hasta quedar abandonada en las rocas cerca de El Molinar. Cuando lijaban la pintura de este bote, debajo reapareció su nombre original, que recuperó a partir de ese momento. El Callao vivió entonces, en los años cuarenta del pasado siglo, la que probablemente fue su edad de oro pues se hizo famoso por ser uno de los mejores barcos de regatas de su clase.
Finalmente acabó en desuso y estuvo a punto de acabar en la hoguera, una práctica desgraciadamente tradicional en los años 80 del siglo pasado para deshacerse de las barcas en desuso que hizo desaparecer en el fuego una ya irrecuperable parte de la historia náutica balear. Sin embargo, justo 24 horas antes de que se cumpliera la sentencia de muerte, una conversación con doña Margalida bastó para convencerla de que salvara de la hoguera aquel bote. Corría entonces el año 1990. El Callao estaba ya maltrecho. Fue cuando el recientemente fallecido Mestre d’aixa de Cala Gamba Miquel Llompart, al que Cala Gamba rindió homenaje anoche con la emisión de su última entrevista televisiva, emprendió su recuperación.
Este año el Consell de Mallorca ha declarado oficialmente la vela latina Bien de Interés Cultural Inmaterial. Cala Gamba siempre ha estado a la vanguardia en la defensa, difusión y conservación de este patrimonio. El año pasado, coincidiendo con la 25ª edición de la Diada, el club inauguró su EcoMuseu Marítim que se ha convertido en una gran herramienta para dar a conocer la vela tradicional agrupando todas estas embarcaciones en el Moll de sa Fusta y que se ha convertido ya para siempre en núcleo central de esta Diada de Vela Llatina.
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