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El sector del vino de Mallorca advierte: «Llegará un momento en el que el vino mallorquín será escaso»

La sequía y el cambio climático podrían provocar un descenso en la producción del vino en los próximos años

El sector vitivinícola mallorquín asegura que los jóvenes ahora prefieren otras bebidas "con menos graduación alcohólica"

La Unión Europea lleva advirtiendo durante los últimos años de la disminución en el consumo y producción de vino, que viene marcada principalmente por un cambio de gustos y preferencias de los jóvenes, y en el caso de Mallorca, por la sequía y el cambio climático. Algunos informes de la UE que alertan de estos problemas, aunque es el propio sector vitivinícola mallorquín, presente en la feria Horeca Baleares, el que ya avisa de esta nueva realidad que afronta el vino.

Según el informe «Agricultural Outlook 2023-2035», en los próximos años se presenta un panorama donde reinará la disminución en el consumo y la producción de vino, que irá acompañada de una desaceleración en el crecimiento de las exportaciones.

En concreto, se prevé una reducción de consumo anual del 1%, hasta el 2035, situándose en un promedio de 20 litros por persona, lo que representa 2,4 litros menos que el promedio mundial registrado entre 2018 y 2022. Como consecuencia directa de  esta reducción en la demanda, se anticipa una disminución en la producción vinícola europea del 0,6% anual, proyectando una producción de aproximadamente 145 millones de hectolitros para el año 2035.

Si caer en el catastrofismo, el sector del vino de Mallorca no se libra de estos problemas. Bien es cierto que actualmente la isla cuenta con más de 100 bodegas de vino, aunque el sommelier Toni Fernández asegura que en los últimos años, a pesar de que la producción sigue siendo buena, se ha reducido la cantidad de vino.

Producto local escaso, pero de más calidad

«Debido al cambio climático se ha reducido la producción de vino, pero la calidad es mejor que antes. Cada vez tenemos mejor producto local pero es más escaso», explica Fernández. En relación a esto, este experimentado sommelier indica que este hecho repercute directamente en el precio del vino. «Ya estaba en una horquilla medio-alta, pero puede seguir subiendo y esto hará que llegará un momento en el que el vino mallorquín será escaso».

En esta línea va Toni Rosselló, de Licors Moyà, quien afirma que en los últimos años «ha habido una auge importante de bodegas y pequeños cellers en Mallorca». Sin embargo, advierte que el «problema principal que nos encontramos ahora es la sequía. Se está notando bastante la falta de agua y eso repercute en el mercado».

Además, apunta que, a pesar de lo que se pueda creer, «la gente demanda más el producto local, aquí tenemos la suerte de que tenemos bodegas que lo están haciendo muy bien y cada vez se está poniendo más en el mapa el vino mallorquín».

Los jóvenes prefieren bebidas con menos graduación alcohólica

El otro reto al que se enfrenta el sector vitivinícola es el cambio de costumbres, gustos y preferencias del público más joven. Toni Rosselló argumenta que «los más jóvenes ahora buscan otro tipo de bebida más azucarada, más ligera o con menos graduación alcohólica. Es un cambio de tendencia a la que las bodegas deben adaptarse con vinos más comprensibles y fáciles que poco a poco vayan metiendo a la juventud en el consumo del vino».

El sommelier Toni Fernández también considera que las bodegas deben trabajar para difundir vinos más fáciles de beber, más ligeros y con graduaciones alcohólicas mucho más bajas, ya que es la «única manera de poner el vino al alcance de los jóvenes».

Sin embargo, también considera que el precio es fundamental para el público joven. «El vino siempre se ha asociado como a algo de elite, de nuestros padres y abuelos, y eso también explica por qué la juventud prefiere otro tipo de bebida».