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EL CUADERNO DE PEDRO PAN

Los hitos del Palma Arena y un singular ‘Turandot’ en el Teatre Principal

El 'Turandot' que se representará en el Principal los días 21, 23, 25 y 27 es una producción propia del Teatre Principal y con las entradas ya agotadas

La puesta en escena tiene dos alicientes: la escenografía y que incorpora los diez minutos finales compuestos por Franco Alfano

Echemos un vistazo a la anécdota del concierto de despedida de Anegats el pasado 12 de octubre en el Velòdrom Illes Balears (la anécdota), conocido previamente como el Palma Arena. Les deseo los mejores recuerdos a los de Son Servera. Me resulta indiferente, si la despedida es sincera o por el contrario temporal, que el márquetin ya nos tiene acostumbrados al anuncio de irse y acto seguido volver a empezar. Es algo recurrente que hemos visto en los últimos tiempos, y como muestra el capítulo local, con Antònia Font, que se tomaron un respiro supuestamente definitivo en diciembre del 2013 y el año pasado decidieron regresar a los escenarios en olor de multitudes. 

Volvió a pasar con Llorenç Santamaría, la voz icónica de Z-66 que nos dijo adiós el año pasado y sin embargo regresará el 21 de febrero en ese mismo escenario. He dejado de creerme, a pies juntillas, eso de las despedidas. De hecho, yo mismo regresé a la radio para despedirme definitivamente con el repaso a las artes escénicas durante una sola temporada. Voy por la tercera.

Lo que sí me pone de los nervios es la obsesión de la izquierda radical en el borrado del Palma Arena, llamándolo Velòdrom Illes Balears porque no soportaban un espacio que fueron incapaces de construir y la excusa es que formó parte de la corrupción del PP en la época de Jaume Matas, lo que no deja de ser una absoluta majadería. Borrar el nombre Palma Arena y caer en la inmensa mediocridad de Velòdrom Illes Balears es ignorar todo lo que sucedió allí entre el 2007 y la prepandemia, la misma en tiempos de la izquierda radical que ahora sabemos cometió gravísimas irregularidades.

Me voy a permitir un breve inventario de lo sucedido en el Palma Arena, a modo de pedigrí indiscutible de un lugar que nos procuró unas noches de gran emoción que la izquierda radical no tiene el derecho de silenciarnos.  

Empezando el 2007 con la exhibición de Roger Federer y Rafa Nadal en la pista mixta tierra-hierba. Un año después vivimos noches de gala que fueron protagonizadas por Woody Allen y Diana Kroll. Llegándonos el año 2009 tres visitas igualmente de lujo: Plácido Domingo, Leonard Cohen y Status Quo. Hasta que en la prepandemia nos visitó en la cima de su esplendor Le Circ du Soleil, después desaparecido debido a la crisis letal del Covid 19.

¿De verdad es posible enterrar el nombre y legado del Palma Arena cuando allí ocurrieron hechos que no se han repetido? Está en manos de Anegats, ser recordados en su despedida por el concierto en Velòdrom Illes Balears o formando parte del gran legado del Palma Arena. Que lo sepan.

Pero la vida continúa –el Pacte en el ostracismo- y entonces el Palma Arena guarda silencio, mientras el Teatre Principal de Palma se dispone a iniciar su 39 Temporada d’Òpera  (por cierto, aprobada por Maria Antònia Munar la que fue conocida por el mote, MAM, en los años de corrupción y cárcel), con un singular Turandot en el que la pareja protagonista es la misma que estuvo al final del año pasado en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona: la soprano inglesa Catherine Foster y el tenor español Alejandro Roy, ambos protagonistas de los papeles centrales, Turandot y Kalaf. La reposición de Turandot en Palma diez años después, tiene que ver con el hecho de estar celebrándose el Año Puccini, fallecido hace exactamente un siglo.

El Turandot que se representará en el Principal los días 21, 23, 25 y 27 es una producción propia del Teatre Principal y con las entradas ya agotadas. 

La puesta en escena tiene dos alicientes. De una parte, incorpora los diez minutos finales, compuestos por Franco Alfano. La partitura de Puccini se quedó inacabada, debido a su fallecimiento, justo cuando ya se disponía a escribir el aria Principessa di morte de la escena final. Como es habitual, la representación quedará brevemente suspendida, acabadas las notas que escribió Giacomo Puccini, para retomar la acción con las notas de Alfano.

El otro aliciente tiene que ver con la escenografía, acompañada del empeño de Alessandra Premoli, la directora de escena, de rendir un sincero tributo a Puccini. ¿En qué ha consistido el tributo? Pues nada menos que rescatando la caja de música china, la original que escuchó el compositor y le inspiró a crear la ópera Turandot. Esta caja china, que a mediados del siglo pasado fue motivo de documentales de la BBC y la RAI, llevaba desaparecida casi medio siglo hasta que la testarudez de Alessandra Premoli dio con ella en la ciudad de Turín.

En el Principal de Palma antes de levantarse el telón van a proyectarse imágenes sobre este hallazgo que incluyen el sonido original de esta caja. El gerente del Teatre Principal Miquel Martorell, acude la semana próxima a Turín para participar en el pleno de Òpera XXI, llevando debajo del brazo el dossier de este Turandot tan singular como nuestro.

Pero hay más. Premoli y su escenógrafa Nathalie Deana han diseñado una escenografía que es el perfecto reflejo de la caja china de música, haciendo que los intérpretes se conviertan en piezas del engranaje. Veremos cómo se resuelve el efecto visual de esta idea en las cuatro funciones del 21 al 27.

Hablando de cajas chinas de música, el proceso de búsqueda iniciado por la directora de escena llevó a contactar con un museo de los EEUU, donde se custodia otra relevante caja de música, también escuchada por Puccini con el resultado de que algunas de sus melodías fueron empleadas en Madame Butterfly. Confiemos en que esta original producción de Turandot pueda tener difusión por los teatros europeos de igual formato que el Principal.