Sevilla

Dimiten el mayordomo y el prioste de la Macarena tras la polémica restauración de la Virgen

Las medidas llegan después de que la talla haya sido intervenida tres veces en los últimos días

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David García de Lomana

Tras la polémica restauración en la imagen de la Virgen de la Esperanza Macarena, que ha provocado un gran dolor entre sus fieles y una tormenta de críticas en redes sociales, la Hermandad de la Macarena de Sevilla ha tomado decisiones. La primera, dar cuenta de la dimisión de los dos responsables directos de la imagen: el mayordomo, Enrique Espinosa de los Monteros Bravo, y el prioste de la talla, Miguel Ángel Fernández Almagro.

Estas medidas llegan tras la larguísima reunión mantenida en el seno de la corporación en la madrugada de este martes y después de que la Esperanza Macarena haya pasado por hasta tres intervenciones en los últimos días.

La junta de gobierno de la hermandad ha reconocido el «efecto estético no deseado» en el rostro de la imagen durante sus trabajos de conservación y la «errónea» decisión de reponerla al culto cuando aún persistía dicha alteración.

En un comunicado emitido esta madrugada, la junta de gobierno de la hermandad ha pedido perdón a los hermanos y devotos por el «daño moral» y ha anunciado que se subsanarán las alteraciones. La solución final la supervisará el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), adscrito a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Los fieles macarenos criticaron que la mirada de la Virgen había cambiado por completo, con pestañas y cejas nuevas, además de haberse alterado notablemente la expresión de su rostro, alejado del original. «La Virgen de ahí está mirando para abajo, y la Macarena miraba para adelante», sostiene una mujer en declaraciones a Efe frente a las puertas de la basílica. «Para mí no es la Virgen que yo recuerdo», lamenta un macareno. «Las pestañas no le vienen bien», sentencia otra.

Tras las quejas, el templo cerró y la imagen tuvo que ser retirada del culto durante la tarde del sábado para realizarle unos «retoques rápidos» a la Virgen. Esa misma noche se acometió una tercera intervención. La hermandad redujo las pestañas y cambió ligeramente sus cejas, pero no fue suficiente para acallar la polémica.

Durante la tarde del lunes, varios cientos de personas se reunieron en los aledaños de la basílica en señal de rechazo a las intervenciones en la talla y en demanda de medidas en la que ya es una de las mayores crisis vividas en el seno de la hermandad.

La junta de gobierno ha explicado además que el profesor Arquillo Torres ha entregado un «informe resumido» del proceso de restauración acometido por su taller, paso previo a un «informe definitivo más extenso» en el que se analizarán los trabajos «a fin de dilucidar el posible origen de la alteración en el resultado esperado» y consultar con «especialistas de reconocido prestigio» para «actuar en consecuencia».

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